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paras itosis humana comprobada hasta el pre— sente. si como una parasitosis hepática impor tante en inamíftros selváticos. particularmente en pecatis. Los hueVos encontrados en huma nos estarían en tránsito intestinal, corno un elemento más del proceso digestivo. Con todo existen zonas oscuras en estos hallatos creemos que debemos mantener nuestra in quietud investigativa. Tratamiento de las parasitosís intestinales Las pautas terapéuticas se han señalado te niendo en cuenta unos criterios claros de sen cillez y uniformidad. Para las ascaridiasis he rnos empleado normalmente la piperacina. Pata las poliparasitosis hemos variado las pautas a lo largo de los años. Durante los primeros años de nuestra actividad en la cuenca amazonica empleamos sistemática mente el producto Neo—Bepermina, de la casa Bayer. Los resultados obten idos lueron m uy buenos y no tuvimos ningún caso de intoxica ción hepática por el mismo. Nunca pudimos comprobar resultados que han desaconsejado este producto los últimos años. Recientemente estamos empleando el tiabendazol, el me— bendazol e el pamoato de pirantel. De estos estimamos qtie el mebendazol nos ofrece ma yor seguridad y más amplio espectro en la terapéutica antiparasitaria. Junto al tratamiento específico con antipara sitarios damos mucha importancia al régimen alimenticio, hierro y complejo vitamínico. En los casos necesarios hemos añadido una tera utica antiinfecciosa y otras que resuelven las complicaciones que pueden surgir en algunos casos de parasitosis Las transfusiones de sangre solamente las hemos empleado como medida de urgencia en los casos sumamente graves, con anoxia tisu— lar neta. En todos los demas el nivel de hemo globina asciende con relativa rapidez si los tratamientos son instaurados con e lariclad. acierto y constancia. El metronidazol nos resuelve prácticamente todos los casos de parasitosis por pn)toioarios. Observaciones finales Nos llama poderosamente la atención el he cho de que controles sucesivos coproparasita— ríos en el hospital a lo largo de cuadros para sitarios y de su tratamiento respectivo inues— tran en ocasiones la permanencia de un cierto nivel parasitario intestinal, aún cuando el exito terapéutico se manifiesta palpable. Estos en fermos regresan a su medio normal de vida, en el que se mstauró su cuadro patologico. con una recuperación prácticamente total penna necen tlurante años, a veces indefinidamente. como si la parasitosis hubiera desaparecido del todo. Pero los exámenes sucesivos aseguran su permanencia. Todo hace pensar que la parasi tosis. protundarnente enraizada en gran parte de la población. descompensa a algunas per sonas por interferencia de otros factores, tales como infecciones intercurrentes, y realiza en ese momento toda la sintomatología de una parasitosis aguda. Si se logra superar ese ctia dro con un tratamiento adecuado, los parásitos quedan relegados a inquilinos molestos, pero soponables y permiten a la población sobrelle var un nivel de vida casi normal. 36

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