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se han debido a I)alanti(Iiasis agudas Lain — hihis ‘y tricomoflas se Ven en algunos de los Cianienes cop paiasitaritts. peri cn el it)fl— JImIo (le Ijs pir1Siti1sis mntestinaics del CltCd amazonica no creemos que las giardiasis (riCOfliOltidSi% intestmnale- tengan smnctmlar ni— ant: la lT problema rasitario interesante en nuestra area amazi ‘nica es el de la ftecueiiea de las amebiasis. Lsti parasilosi es uma mente trecuente en muchas reglones eetlato— nanas y srízucn pare enilo Ctmadr,is complica dos conu abscesos hepam cus en la 1 iterat ura fl1C 1011 al Se tU pre nti 5 Ii a st rprend ido el no poder eonipw bar con a tree uenc ¡a que se ti a (le presumir en nuestros esatiienes eopropara— 1 lUçL,) ch. ¡‘nici icicZfIUIa 154 ilflicfltc), sitarios la existencia de quistes de Ainoeha h\ stolitica y tonnas vegctatmvas en algunos (le los cuadros de enterocolitis Çierlamente hami existido casos, la inasoria de individuos po cedentes tic Otras regiones del Ecuador con tina fx’rimtatien( ma eoita en nuestro medio. En conversaciones con otros prolesionales de gran experiencia en patologia tropical hemos po dido constatar que esta experiencia corrobora la de algunos de ellos, que no han eiicontuatlo datos ciertos de una treutuenema stml lcientc de estas parasitosis en nuestro oriente (un todo en los uit nitos meses estatitos descubriendo algunos casos positivos tiritindos de la megion \ comen/amos a su ispee har la posibi 1 Liad de una patt log Id tu i rl ada cu tu con scc ue nc i a de 1 s mo’ minmentos nigratorluis de esta ulimnia epoca Falsas parasitosis Lii mano tIc 1 al examinar las heces tic Uit conscripto procedente de Ques edo. enetin— tramos abundantes huevos de (‘apillaria he— patica. l.:ti aquel momento no dimos inipor— tanela al hallaigo y creentos que algunos de los examenes de años anteriores. etiquetados de huevos tic tricoct Falos, pudieron ser en realidad huevos de Caprflaria hepática Desde mar/o hemos encontrado huevos de estos ne— titatodos en ocho casos diFerentes, entre ellos cuatro menores de cinco años. En flingUn cdsu el estado general tic estos pacientes estaba mtmy ateetado y casi siempre coexistian con otro tipo de hueLos de parasitos. Cuando estudiarnos más detenidamente el curso biológico (le esta parasitosis y Compro bamos la imposibilidad teórica de encontrar huevos en la luz intestinal, puesto que nos encontrábamos ante una parasitosis intrahepá nca. revisamos los casos antes k)cah?ados. repitiendo los exitinenes y comprobando tlete— nidamente la historia de cada uno En ningun caso reaparecieron los huevos de capillana hepatmca. ni aún en los casos en que no hahia iiios ciado 1 tatam Cutos afit i parasitarios de am— pi io espectro. En cuatro de ellos pudimos comprobar tute uno t dos días antes habían comido higado de pecaiis. En algún otro caso. por el contrario, la lamilia aseguraba que di cha ingestión alimenticia no se habia dado. Los datos anteriores nos sugieien algunas concltmsiones pros isionales, Existe en nuestro medio capil luna hepat ica. si no como una 41 - 1! 1 ttis dc ¡ rl Jtt,i,u ,ri huir,, dc ( riJ’l1/IrJa Io’uui a en hec c5 litunitui,ts. Iii) atumCittu’—. de colonmiacion tIc la recion anta/onmca

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