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años. Otros muchos cuadros eraves hemos podido examinar en nuestra consulta externa y muchos de ellos se hm recuperado. La hospi talización. aunque no siempre resulta absolu— lamente necesaria, es en muchas ocasiones la unica vía para poner en marcha una terapeutica adecuada, La uncinariasi s es fundamentalmente un cuadro patologico anemizante. Las anemias más intensas que pueden observarse en este hábitat tropical son sin duda producidas por uncinariasis agudas. Se trata de una anemia con fisonomía propia; tan característica que una simple observación del paciente permite en la mayoría de los casos realizar con segtlri ciad el diagnóstico. El enfermo por uncinariasis tiene un aspecto especial, tanto en niños como en adultos. Sti facies es característica; intensamente pálida. amarillo terrosa, sucia. La piel está deteriorada y frecuentemente existen intecciones cutáneas extensas. Las extremidades están edematosas en sus Lonas clistales. mientras que los grupos musculares se encuentran emaciados. Algunos apenas se sostienen de pie y cualquier movi miento de las articulaciones resulta particular mente doloroso. Están tristes, apagados y el nivel intelectual esta sumamente afectado. En casi todos los casos las costumbres nutricio— nales están alteradas, de farma que los mismos familiares hablan de <vicio en la comida’: comen a escondidas tierra. jabón. papel. ce mento, cal, sal, alimentos ercidos, etc. Esto ocurre tanto en niños como en adultos. Es sumamente dit’icil. si no imposible. corregir estas anomalías nutricionales. clue parecen ini- pulsos incontrolables, hasta que el nivel de hemoglobina haya alcanzado cifras próximas a la normalidad. El grado de anemia alcanza frecuentemente cifras alrededor de 2 gr. de Flh / lOt) ml. Como se trata de una anemia crónica, algunos de los pacientes pueden realizar pequeñas activida cIes. En algunos casos, y ésta es la fase final de la enfermedad ,se instaura una anoxia tisu— lar progresiva y en un momento ciado la acti vidad de los órganos vitales como el corazón el cerebro claudican, el enfermo entra en coma y tallece. Nosotros hemos tenido en el curso de estos 12 años dos fallecimientos, a las ioeas horas tic ingreso, por anoxia aguda por el contrario, hemos podido recuperar a— nos casos con una actuaeion urgente a través de cateterismo venoso. trsfusion sanguinea 5 oxigenacion. Una vez superada la tase aguda se ha instaurado el tratamiento standard para este tipo cte parasilosis. No todos los cuadros de une inariasi s son tan ohs los. En algunas ocasiones la enfermedad ofrece una imagen menos caracteristica y tina vez más nos encontramos en la tarea ardua de un diagnostico diferencial. Entre la varia siti tomatoloeta constatada ésta es la mas t’re— e ue n le: Ctiadros enteriticos de repeticion 2. t’pigastralgias que simulan una gastritis aguda e, incluso, en ocasiones, cuadros pseu— doulcerosos. 3. Gastroenterorragias henms podido constatar en varias ocasiones Algunas han :S A t 5 R 4 !uLs 1 .Lk,’

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