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cientes con parasitosis intestinales de mayor o menor gravedad. Desde luego estos casos re presentan. dentro de la amplia gama de ent’er titos que llegan al hospital con prohlemas pa rasitarios intestinales, solamente aquellos que por su gravedad han podido ser abordados con el control hospitalario suficiente. A través de ellos tiernos podido recoger muchos datos y estudiar el curso de los mismos. Muchos de ellos hemos podido seguirlos a través de un largo periodo de tiempo despues de su recu peraeion hospitalaria y esto nos ha permitido interpretar algunos hechos sumamente signifi cativos de la forma de conducirse esta especie de simbiosis huésped-parasito. Ascaridiasis agudas Solamente 20 casos hospitalarios correspon dieron a este tipo de parasitosis. En todos ellos el motivo principal de hospitalización fue un síndrome oclusivo o suboelusivo. Entre ellos tuvimos un deceso Se trataba de un niño de seis años, que presentó un síndrome neto de oclttsion intestinal que previamente al in greso habia sido sometido a repetidas manio bras intempestivas de lavados intestinales. Su estado general en el momento de la hospitali zación denotaba una perforación intestinal con un cuadro tó’stco terniinal En tébrero de 1983 hospitalizamos un niño de 3 años, ‘rPLW. de Ktiiririrna. con un cua dro febril, dolores abdominales y una masa a nivel de fosa iliaca derecha. Existia movilidad intestinal discreta y en la deposición se descu brieron abundantes huevos de áscaris y uncí nanas. Teniendo en cuenta la evolucion del cuadro y el resultado del laboratorio, al día siguiente decidirnos realizar una laparotomía. A la abertura del peritoneo parietal apareció tm ascanis vivo. Existían abundantes adherencias entre las asas intestinales y varias erosiones de su pared. algunas de ellas sangrantes. A nivel apendicular existía un plastrón adherido a la pared abdominal. Liberada la adherencia se yeta una pertoracion en la parte terminal del apéndice que comunicaba con el interior del mismo y. a su través. con la ltt7 intestinal. El apéndice estaba necrosado en su totalidad. pero no babia actividad inflamatoria visible: parecía en laac tualiclad una necrosis aséptica. lodo hacia pensar que a tra\és de esta perfo ración apendicular el áscaris había salido a la cavidad abdominal, donde se hahia entretenido en una labor de ataque a las asas intestinales. Corno resitltado habian aparecido las aciheren cias que comenzaban a englobar en un gran paquete al intestino delgado. Se realizo una extirpación del apéndice. una liberación cui dadosa de las asas intestinales afectadas. una antihioterapia local y posteriormente por vía parenteral. A los cuatro días el tránsito se había restablecido por completo y ocho días después el niño se reintegraba a su familia. Otros casos oclusivos o suboclusivos fueron tratados siempre con métodos conservadores: aspiración. espasmoliticos. hidratación. Pos terionnente se les sometió a los antiparasita rios específicos como piperacina u otros de mayor espectro terapéutico. La intensidad parasitaria por áscaris es a veces tan grande que cont’igura cuadros clini cos completamente exóticos. Tal ocurrió en el caso de una niña de cinco años. con una enorme tutuoración en hipocondrio derecho. palpable al mismo tiempo en fosa lumbar de recha y que por su aspecto nos hizo sospechar en una luinoracion renal. En los dias sucesivos el cuadro se clarilico y regresó completamente con el tratamiento ant iparasitano. Uncinariasis agudas 118 casos de uncinariasis agudas fueron hospitalizados en el periodo señalado de 12 tue os de 1 aro hunbru ,,i1es n heces tiaminas 11 i dUiliiflhi), 31

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