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más raras. Desde luego. no se quiere atirmar que las parasitosis intestinales, sobre todo las uncinariasis. hayan desaparecido. pero si que las condiciones de vida permiten una situación más frecuente de equilibrio biológico. como en páginas posteriores hemos de señalar. Exámenes coproparasitanos Los exámenes coproparasitarlos ocupan el primer puesto en la actividad del pequeño laboratorio del hospital. La intensidad parasi tana de la población que acude a este centro es tan importante que normalmente realizamos exámenes directos, sin emplear metodos de concentración de huevos. Aún así la propor ción de resultados negativos es muy baja. No en todas las épocas la intensidad de exámenes ha sido la misma, ni la proporción de los diversos parásitos se ha mantenido igual. Con todo la muestra que otrecernos. correspon diente a los años 1970-1972. con 421 casos examinados, es suficientemente significativa. W 1i I)e los 421 exámenes realizados en aquella época solamente 81 resultaron negativos. De los 34() restantes. 165 correspondieron a mo noparasitosis: el resto mostraban huevos de varias especies parasitarias. Tanto en unos corno en otros, las uncinarias ocupaban el primer lugar. Si se tiene en cuenta que 500 huevos de ancylostoma duodenale por gramo de heces son necesarios para que estos sean visibles en un examen coproparasitario directo podrá comprcnderse la importancia de estas parasiiosis en nuestro medio. Epidemiología En la epiclemiolugia de estas parasitosis el nivel de higiene de la población juega un papel importante. pero no debe equipararse parasito sis intestinal a abandono y suciedad. La pobla ción ribereña de forma especial. como resul tado de la cercanía del agua y de las tempera turas altas, ha llegado a mantener un alto nivel de limpieza corporal y un aseo habitacional no despreciable. Sus costumbres nutricionales son en algunos aspectos chocantes para quienes no hemos nacido en el medio y desde luego pueden discutirse en el piai)o sanitario, como en el caso de la elaboración de la chicha de yuca. pero no creemos que ellas puedan justi ficar por si solas este alto nivel parasitario. Sus hábitos de eliminacim de excretas son aun sumamente primitivos: defecan en el rio o en sus charcas. Cuando esto último ocurre es facil encontrar en estos terrenos larvas rhahditoidcs y [ilariformes de uncinarias. Como en la vida diaria domiciliaria es muy normal que los moradores anden descalzos, las vias de ingreso están expeditas. En los últimos años se están realizando campañas sanitarias con el fin de moditicar estas costumbres y se pretende establecer en el medio ribereño lugares propios para las fun ciones fisiológicas. Aunque la finalidad que se persigue es muy plausible y en teoría podría organizarse técnicas de higiene y aseo optimas con estos nuevos sistemas, la mayor parte de las veces las soluciones propuestas se con vienen en nuevos nidos de infestación y cria dero de insectos vectores. Mientras el medio tropical siga configurado como hasta el pre sente y los niveles de densidad poblacional no se modifiquen sustancialmente, lo que ocurre en la poblacion ribereña del bajo Napo. las costumbres ancestrales y la vía fluvial de ex cretas seguirán siendo las mejores. Estudio clínico En los doce años correspondientes al pe riodo de 1970—1981 hospitalizamos 144 pa— 30

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