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meses. La traían en camilla y parecía semiinconsciente. El esposo contaba que hacía 15 días se había clavado una espina en el talón derecho. Desde el día 8 su cabeza parecía estallar y ninguna medica ción le calmaba. El día It) comenzó a hacer convulsiones. Estas eran frecuentes y a ratos Flor de María Canelos se encontraba en un estado de serniinconciencia. Su tensión arterial a la llegada es (le 16/10; su temperatura de 37,5 Media hora después entra en convulsiones. Las hermanas, que asumen en esos días la dirección del hospital, tratan de discernir entre un diagnóstico de [etanos o de eclamsia. Pero la imagen clínica del cuadro y los datos de exploración les deciden a orientarse hacia un cuadro de hipertensión en el tercer trimestre de embarazo. Se le somete a tratamiento con sedantes, diuréticos e hipotensores. Se le protege con antibioterapia y suero antitetánico. Las crisis con vulsivas se distancian durante el día. En medio de esas crisis expulsa repetidamente áscaris por la hoca.A la mañana siguiente su cefalea es más soportable; las convulsiones desaparecen; expulsa por boca áscaris, como si su colección de parásitos fuera interminable. Los rtiidos fetales se mantienen bien: el niño se está portando como un gran luchador. El día 14, a las 11 a.m., nace una niña, pequeña, de 4 libras y 3 onzas, llena de vida y de movimienro. Pocos minutos después es expulsada la placenta, completa. La tensión arterial se mantiene alta, 18/it). Continuamos con idéntico tratamiento. En la orina aparecen abundantes cilindros leucocitarios y el)iteliales y leucocitos libres. El día 16, por primera vez, la tensión mínima desciende por debajo del dintel de los lt)0 mm y, a partir de esa fecha, el pt’oceso de recupera ción renal se mantiene ininterrumpido. flor de María dejaba el hospital el día 26 de marzo, con una fun ción renal buena y una tiennosa niña entre sus brazos. Los controles que posteriormente hemos real izado confirman la recuperación total de una complicación renal que conileva un grave riesgo para la madre y una muerte casi segura para el niño. UN VIAJE INTERMINABLE, SIN RETORNo noviembre, 1991 Venía desde Taisha, en la provincia de Morona Santiago, y ha bía realizado mil paradas en casa de brujos y curanderos de cualquier especie. Era shuar, tenía 32 años, aunque parecía mucho más viejecita. Se llamaba María Teresa Ayui. Su enfermedad había comenzado, a 83

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