BCCAP000000000000026ELEC
nada. La llevarnos al cuarto reservado para estos casos más graves y, antes de nada, tratamos de aclarar con el esposo y el motorista qué ha ocurrido. Mientras una hermana y una enfermera se ocupan de asearla y colocarle una vía para instalarle suero. También se instala una sonda vesical. El marido cuenta que la señora comenzó con fiebres altas hace una semana. Estaba embarazada y no le faltaba mucho para dar a luz. Se le trató como un paludismo, pero la fierbre no cedió. Hace cuatro días el parto se desencadenó y la criatura nació muerta. Hace dos días que ya ella no se da cuenta de nada. Es una joven muchacha de 16 años. Existen lesiones en la vulva por motivo de un parto violento y hay señales amoratadas en ambos talones, corno sí se hubieran iniciado úlceras de decúbito. El estado general, con todo, no es alarmante: respira bien y su tensión arterial se mantiene en valores normales. Lo primero que hacemos es tomar muestras de sangre para bús queda de Plasmodium. La gota gruesa muestra una gran cantidad de formas gametocíticas de P. falciparurn, el parásito del paludismo malig no que, como en el presente caso, da crisis cerebrales, muchas veces mortales. La mujer está tan pálida que pienso en la urgencia de una transfusión sanguínea. El grupo sanguineo de su marido coincide con el de la esposa y antes de media hora está recibiendo medio litro de sangre regeneradora. Al mismo tiempo ixiiciamos un tratamiento con quinina -el primer antipalúdico que curó la enfermedad- diluido en suero e introducido en sangre gota a gota. Este es el tratamiento indicado en estos casos. Paralelamente iniciarnos una terapia con cor ticoides. A la mañana siguiente, mientras que la joven Erlinda Papa se mantenía en su estado general, el esposo comienza con crisis de esca lofríos y fiebre intensa. Su examen de sangre muestra, ¡quién iba a pensarlo!, abundantes ejemplares de las mismas formas falcíparas que su mujer. ¡Le habíamos regalado medio litro de un concentrado de parásitos del paludismo, a ella que ya los tenía en esceso! Mantuvi mos la dosis de quinina establecida, las dosis fraccionadas de un corticoide y antitérmicos, mientras que comprobábamos que la fun ción renal no se había alterado. A últimas horas de la tarde Erlinda comienza a sentir los estímu los, Su temperatura permanece alta. Y añadirnos una antibioterapia amplia, pues existen signos de una infección obstétrica. A las 8 p.m. ya no hay dudas de que su cuadro comatoso está en regresión: está como despertando de un profundo sueño, pero lo hace con dificultad. 74
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz