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infectante tan prodigiosa! Seis hermanos se habían infectado. faltaba únicamente el menor, pero, claro, !aún lactaba! En mayo de ese año 86 me marché un día a Shushufindi y, después de preguntar y preguntar, me presenté en casa del Sr. Seun do y la Sra. Victoria. -Vengo a visitar su famosa quebrada, les dije. En media hora recogía de una quebradapequeña y fangosa unos pocos cangrejos de la especie «Zilchiopsis ecuadoriensis», muy cono cidos para mí y, después de conversar y compartir con la familia, regresé a Coca. Quería viajar al día situieflte, de mañana, a Nuevo Rocafuene, para estudiar estos cangrejos, pero fue imposible. Antes de que se murieran, solicité en el Policlínico de los militares de Coca que me prestaran durante un rato su laboratorio para examinar los cangrejos recolectados. Cuando realicé las preparaciones adecuadas y las miré al microscopio me quedé admirado. No es extraño que los muchachos se infectaran, pensé. En cada ejemplar se veían más de 2() metacercarias, pletóricas de una enorme actividad, invadiendo los tejidos blandos del cangrejo. ¡Un solo can grejo comido podía causar con el tiempo la enfermedad!. NO SIEMPRE QUE SE INTENTA SE CONSIGUE enero, 1988 Lo trajeron al hospital el día 27 de enero de l88, a las dos de la tarde y lo dejaron recostado sobre la banca de la sala de espera . El estaba en el mundo del nirvana, lleno de los vapores de una ch urna de alta categoría. Cuando llegué al hospital, nadie le acompañaba. Pero lo que llamaba la atención era esa masa de tejido que cubría el abdo men, por encima del pantalón. Se llamaba 1 lumberto Oraco y tenía 22 años. Venía de Puerto Quinche y lo único que sabíamos era que alguien le había metido un cuchillo por el vientre. La verdad es que yo me enfadé mucho y les dije a las hermanas: -,Para qué me lo traen ahora? ¿Porqué no lo han dejado morir en sti casa? Parecía un caso sin solución, con el vientre abierto y una masa de vísceras por fuiera. ¡ No parecía chumado, sino en coma! -1Cómo lo va a dejar sin examinarlo y hacer algo’?, me decían las hermanas, tratando de calmarme. -Claro, veamos de qtié se trata. El paciente respiraba tranquilo ciertamente no estaba en coma, sino drogado con el alcohol. Su vientre no estaba abierto. Existía una 68

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