BCCAP000000000000026ELEC
realizar una histerectornía. Era difícil; el tejido de ambos anexos, en la zona de penetración de las arterias uterinas en el útero, era muy fríable y las ligaduras apenas si se podían sostener. El padre Juan Marcos asornó a la puesta del quirófano y pregun to: -j,Vive, aún? -Sí, pero apenas. Su respiración era irregular, con intervalos de apnea; existían abundantes secreciones bronquiales, corno si estuviera haciendo tin edema agudo de pulmón. Realmente parecía muerta y tenía tentacio nes de ceder y cerrar. Pero las hermanas pensaban que, mientras hu biera un aliento de vida, teníamos que continuar y así realizamos la última etapa de esa difícil resección uterina. Cuando cerré el abdomen la mujer seguía chocada y su respira ción no había mejorado. Recuerdo que tomé la mascarilla y comencé a insuflar oxígeno y a aspirar secreciones bronquiales cada poco tiempo. La enferma continuaba sin querer morir. Un cuarto de hora después se notó una ligera mejoría; la respíra ción se hizo más constante: las secreciones bronquiales diminuyeron y la tensión arterial comenzó a subir, primero a una máxima de 7 cm; después a 9. Una hora después la paciente respiraba bien: su tensión era casi normal y comenzamos a pensar que, milagrosamente, iba a ocupar un puesto entre los vivos. El padre Juan Marcos regresó al día siguiente con su motorista. Se le veía feliz y un tanto incrédulo, ¿Cómo era posible que esa mujer hubiera escapado a la muerte en esas circunstancias? Se le notaba su orgullo de saber que Dios acompaña de forma extraordinaria la vida en nuestra selva amazónica. María Rocío se recuperó de forma espectacular. Trece días des pués tuve la satisfacción de poderla llevar personalmente en el deslizador hasta Angoteros y entregarla a la comunidad. ¡No es el único caso, pero en éste hay que estar ciego para no ver una mano providente que nos acompaña! EL TRISTE FINAL DE UNA FANTASÍA mayo, 1982 Hacía un mes que flotaba en el ambiente el misterio de pequeñas historias prohibidas. Las contaban como en secreto y la gente las comentaba en pequeños círculos. Se habían encontrado, se decía, ma terial bélico en las selva vecina a Nuevo Rocafuerte. También huellas 49
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz