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pariente suyo y gran yachac de la zona y le dije que me parecía bien. A mí regreso pararía en la casa para que me dijeran qué opinaba Domingo Tapui y, si era necesario, la podíamos bajar a Nuevo Rocafuerte, al hospital. Cuando a los dos días regresaba me encontré con la familia ente ra, que retornaba del Eden. El yaehac les había comunicado que, efectivamente, nada le iba a ocurrir y que todo sucedería como si nunca el cancro le hubiera visitado tan íntimamente. Yo regresé a Nuevo Roeafuerte y el niño nació en la fecha previs ta, en su propia casa. El cancro. Vandelia wieneri, vive normalmente como panísito de peces grandes, como el ba2re, fijo en su piel, pero se desprende en ocasiones para una vida libre. Siente apetencia por materiales de excreción corno la orina o las heces. Cuando las personas se bañan sin ropa ínterior y orinan o defecan en el río, el cancro es atraído y penetra en las cavidades naturales corno uretra, vagina o recto. Stt piel fitante y llena (le Ufl material sumamente escurridi zo, favorece la penetración. Unas pequeñas espículas en los lados laterales de la cabeza, orientadas en la dirección det cuerpo, difi cultan su salida. En muchas ocasiones, el interesado logra sacarse el animal antes de que penetre del todo y el problema se reduce a la pequeña hemorragia que provoca el mordisco y la succión del pececillo y al dolor que causa. Pero, la angustia que despierta un atrevimiento tan osado del animal es el factor rnís importante de la patología de este legendario ser viviente de la arnazonía. LA SABIDURIA APRENDIDA EN LA SELVA octubre, 1979 El último día de octubre del año 79 nos visitó en el hospital la familia del Dr. Warrning. Hacía dos años que realizaban en la ribera del río Napo, una preciosa labor médica, como miembros de un grupo de Voluntarios alemanes. Residían en Coca y, desde allí, habían esta blecido un ambicioso programa de control cJe tuberculosis de las co munidades indígenas del Napo. Al mismo tiempo llevaban adelante un programa de formación de Promotores de salud, que abarcaba a todas las comunidades quichuas de la ribera. Pablo, su mujer Ana y sus dos hijos visitaban periódicamente las diversas comunas y pasa ban en ellas, formando y supervisando a los promotores de salud. El día 28 se encontraban en la comunidad de Samona, cerca de Pañacocha, mitad de camino entre Coca y Nuevo Rocaftierte. Habían 42

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