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provocado por el Cancro exigía medidas quirúrgicas. En realidad la herida era muy pequeña y el sangrado escaso. No había que realizar ninguna acción especial. Le dimos analgésicos y una antihioterapía protectora y, tratarnos de calmar y tranquilizar a la paciente. Y no ocurrió nada grave en esa pcasión. ¿Porqué será que, una vez más, los hechos peregrinos no vienen solos’?. ¡En tres días dos traumatismos por cancro habían visitado el hospital! 3. En febrero del 82 una niña de 12 años. de Tiputini, llegó al hospi tal llena de preocupación y temor para que le viera. Le daba ver güenza, pero su angustia le había decidido ha visitarnos. Estando bañándose en el río y, mientras hacía sus necesidades dentro del agua, tin pequeño pez, que luego supo que Clii tit cancro, intentó penetrar en su recto. aunque pudo sacarlo a tiempo. Tenía dolor y molestias flotal)les. En reatidad no se no taba traumatismo y no existía sangrado. La niña regresó a su casa, tranquilizada ‘ con el consejo de que no destinara el río a otra cosa que no fuera el juego con sus amigas y el aseo personal. 4. En septiembte deL 82 un deslizador de los militares peruanos de Pantoja llegó al puer to del hospital. En él venían un oficial, el enfermero, una niña de escasamente dos años y su papá. La ni ña parecía tranquila: los demás, no. -Quisiéramos, doctor, tIlle exarninara a la niña, Esta mañan a, mientras estaba en la 40
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