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-Si, ahora lo veo así, tiene razón; pero entonces, el dolor y la amenaza del Manglia me hacían pensar como pensamos siempre no sotros: que la enfermedad era porque alguien, que no me quería, me había metido el mal. UN ESTADO DÉ DESESPERACION junio, 1977 El 27 de junio trabajábamos normalmente en la consulta del hospital cuando se armó un gran revuelo en la sala de espera. Allí estaba Anibal Lanza desesperado: - Por favor, hermana, mi mujer se muere. - ¿Qué pasa, Aníbal?, le pregunté. - El niño no sale, está colgando de la cabeza, entre sus piernas. Ella ya no avanza. El niño está muerto. - Pero, ¿donde está?. - En la canoa. No se puede mover. Cogimos la camilla y corrimos hacia el río. En el fondo de una pequeña canoa estaba Feliciana, cubierta con una cobija descolorida y manchada. Levanté una punta para ver. Si, era cierto, pensé. -Pongámosla sobre la camilla. Aníbal y yo pasamos dentro de la canoa. Tomamos a la paciente con su cobija y la pasamos sobre la camilla, que estaba sobre la balsa. Después, rápidamente, la traslada mos al hospital. -Llevémosla directamente al quirófano. La pusimos sobre la mesa, retiramos la camilla y mandamos afuera a los curiosos que nos habían acompañado. Quedamos únicamente las hermanas y yo. Descubrimos la cobija y, ante todo, contemplamos: el niño estaba sin vida, colgan do de la vulva de la mujer, con el cuello estirado, arrancado, sin el soporte de la columna vertebral. Esta había sido separada con el es fuerzo desesperado de sacar aquella pequeña cabeza. Incluso existía una ruptura larga de la piel del cuello. La vulva había comenzado a edematizarse. Feliciana estaba inquieta, nerviosa, llena de terror. Tratamos ante todo de calmarla. No estaba chocada; su pulso era bueno, aunque agitado. Lo que había ocurrido era la clásica complicación del parto de nalgas, cuando se actúa con nerviosismo y sin conocer las técnicas adecuadas. Se había forzado la salida de la cabeza y ésta había queda do enclavada en la pelvis de la mujer. - Intentemos sacarla con cuidado. Hay una maniobra descrita para esta complicación, maniobra. de Mauriceau. 30

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