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Curar en la selva herida 94 no solo porque permite realizar un diag- nóstico diferencial frente a formaciones tumorales de otra naturaleza, sino tam- bién porque nos permite realizar una te- rea educativa en el manejo de los perros de cacería que son frecuentes entre los habitantes de nuestra región amazónica. El tema de las hidatidosis me siguió inte- resando en los años siguientes. Supe de la existencia muy frecuente de quistes en hí- gado de ovejas y cerdos que se mataban en el camal de Quito. Me enviaron en una oca- sión veinte piezas conservadas en formol al 10% para determinar la especie de Echino- coccus que formaban estas larvas quísticas. El estudio realizado me llevó a una con- clusión llena de interrogantes. Todas mos- traban ganchos idénticos, que no corres- pondían a ninguna de las cuatro especies conocidas hasta la fecha y que sugerían la posibilidad de encontrarnos ante una espe- cie nueva. Quise montar una investigación en Quito para obtener ejemplares adultos sembrando el material de estos quistes en perros, pero fue imposible llevarla a cabo, por el temor de que una investigación de este tipo pudiera provocar en el cuidador de perros una patología quística idéntica a la que tratábamos de conocer mejor. Por otra parte, envié ejemplares de material quístico y datos de las mediciones reali- zadas a especialistas de la Universidad de Tulane, concretamente al Dr. D’Alessandro y al Dr. Robert Rausch, el descubridor de la nueva especie de E. vogeli , pero ellos creyeron que se trataba de variantes del E. granulosus . Así es que esta investigación quedó sin completarse, con mí curiosidad realmente insatisfecha. a la especie humana y producir una grave patología de difícil curación. Quedaba aún una vertiente de la investiga- ción que debía dilucidarse. ¿Cómo distin- guir en esta patología hepática si el pará- sito era E. vogeli y no E. oligrathrus , muy parecido en su fase larvaria poliquística, que afecta no a perros de monte, sino al grupo de los félidos y que parasita en su fase larvaria poliquística a guatusas, más que a guantas? El Dr. D’Alessandro había podido estudiar las larvas que se encierran en esos múltiples quistes hepáticos y había conseguido demostrar que los ganchos o garfios que poseen en su parte anterior tie- nen medidas y formas fijas que permiten diferenciar entre ambas especies. Analizar una pieza quirúrgica, medir sus ganchos, permite determinar la especie que provoca la enfermedad hepática en el paciente. Yo conocí en repetidos Congresos Latinoa- mericanos de Parasitología al Dr. Antonio D’Alessandro y sus técnicas de medición de ganchos en los quistes de Hidatidosis poli- quística. Así es que nuestro pequeño hospi- tal recibió en el año 1991, piezas quirúrgicas de tres pacientes, una perteneciente a un hombre negro de Esmeraldas, operado en el Hospital del Seguro de Quito; otras dos, procedentes del hospital de Shell Mera, per- tenecientes a una mujer shuar y a un varón kichwa. Las mediciones que realicé en nues- tro laboratorio confirmaban que los tres ca- sos eran patologías producidas por E. vogeli, igual que las piezas de guanta que había es- tudiado en los años anteriores. Se trata de una patología no frecuente, pero de un interés especial, importante Investigando en el laboratorio Imágenes mi- croscópicas de la fase larvaria del E.vogeli .

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