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Curar en la selva herida 92 entonces en el hospital trataron de acuerdo a las pautas establecidas entre nosotros para esta patología. Después de un tiempo razonable, sin que el cuadro clínico regre- sara, el paciente volvió a su casa. En aquel momento no existían síntomas de ningún otro padecimiento. En marzo del 89, con un cuadro respiratorio muy importante, el paciente regresó al hospital. Los exámenes mostraban lesiones bronconeumónicas en ambas bases pulmonares. Las bacilosco- pias repetidas dieron resultados negativos; por el contrario, el esputo en fresco mostra- ba abundan¬tes formas de levaduras con doble pared y algunas multibrotadas. Esta imagen era aún más clara en la coloración Giemsa que realizamos a continua¬ción. Entonces quisimos comprobar la naturaleza de la lesión cutánea del pie. También ésta era micóti¬ca, con idénticas imágenes de Paracoccidioides brasiliensis . El tratamiento con una antibioterapia amplia y ketoconazol mejoró el cuadro clínico pulmonar, mientras que se establecía en pocas semanas una curación total de la lesión cutánea del pie. El paciente fue dado de alta con tratamien¬to específico ambulatorio. Desde entonces le hemos visto en tres ocasiones, la última en enero del 92: su problema pulmo¬nar no ha desaparecido del todo, aunque existe una mejoría clínica. La lesión en pie ha quedado reducida a una cicatriz mínima, que recuer- da el problema que ante¬riormente había tenido.” Crónicas incompletas..., 103-105 El año 85 llegó al hospital un varón de 62 años, BUP, proceden¬te del río Payamino, con una lesión en mucosa gingival inferior, sumamente sugestiva de micosis por Para- coccidioides brasiliensis . El raspado de la le- sión y las imágenes microscópicas, tanto en fresco como en la coloración Giemsa, eran específicas de esta micosis. El paciente cica- trizó su lesión en 24 días con un tratamiento de ketoconazol. Mantuvo su hospitalización por 29 días y regresó a su comunidad con una terapia de manteni¬miento de dos me- ses. En el año 86 una nueva lesión mucocutánea, que afectaba a labio inferior y mucosa gin- gival, llegó desde la Carretera de los Aucas, cerca de Coca, perteneciente a un colono de 45 años, AHC. El laboratorio mostraba las formas multibrotadas del hongo y, tras un tratamiento con trimetoprim y ketoconazol, fue dado de alta, curado, en 22 días, con un tratamiento específico de mantenimiento. En el 87 tuvimos otro caso pulmonar, de una mujer joven, JGM, de cerca de Nuevo Roca- fuerte, que mejoró con el combi¬na¬do de trimetoprim y ketoconazol. En el 89 nos enfrentamos a un caso más complejo. En agosto del 88 había sido hospi- talizado un varón de 53 años con una lesión cutánea en el dedo 5º del pie izquierdo, con imagen sugestiva de leishmaniasis cutánea y que las Hermanas que estaban en aquel

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