BCCAP000000000000025ELEC

El hospital que investiga 91 Posteriormente diversos casos de micosis pulmonares aparecieron en la consulta del Hospital. Dentro de esta casuística desta- can las que corresponden a esta patología específica, provocada por el hongo Para- coccidioides brasiliensis , en la que no sola- mente afecta al pulmón sino que lesionan otras estructuras humanas. Podía considerarse, por estos motivos, un pade- cer relacionado con su actual hábitat geográfico del bajo Napo ecuatoriano. Las lesiones cutá- neas que presentaba el paciente sugerían una patología por dermatofitos y no han existido le- siones mucocutáneas en mucosa oral. Todo lo anterior me permitió señalar el caso de ET como el primer caso de Paracoccidioidomicosis pul- monar en el Oriente ecuatoriano . Tuvimos algunos problemas en la terapia de este enfermo. Ensayé al comienzo el ketoconazol, pero las reacciones repetidas que hizo tras cada una de las tomas, me obligó a prescindir de este antimicótico sistémico. No disponiendo de otras terapias específicas y poderosas, como la An- fotericina B, acudí al empleo de una sulfamida de amplio espectro como el Trimetoprim, que lo toleró muy bien. Poco a poco, el cuadro clínico regresó, aunque la imagen radiológica mostraba un progreso de las condensaciones algodonosas basales. Mantuvimos por 11 meses consecutivos este tratamiento sulfamídico y el paciente se con- sideró clínicamente curado. No pudimos, en los años siguientes, realizar un control radiológico que confirmara la curación real, pero hasta la fe- cha el paciente nunca ha mantenido problemas respiratorios.” (Crónicas incompletas, 101-103). “ En septiembre del 82 nos visitó una mujer lojana, de 55 años, JTM, que vivía en la actua- lidad en la zona de Sachas, en la carretera pe- trolera, desde hacía 9 años, después de haber perma¬necido 5 años en Santo Domingo de los Colorados. Su cuadro respiratorio databa de la niñez. En la fecha su aspecto era de una paciente envejeci¬da, con tos y expectoración abundante, de muy mal olor. En ocasiones había padecido pequeñas hemoptisis. En el laboratorio comprobamos la existencia de es- porangios y algunas esporas pluribrotadas, muy sugestivas de Paracoccidioidomicosis. Le tratamos con trimetoprim y se la dio de alta con tratamiento idéntico por un período de un mes, con la indicación de regresar. La paciente regresó en dos ocasiones; su cuadro había mejorado clínicamente, aun- que existía expecto¬ración similar a la de su ingreso. Fue una paciente muy difícil de tratar por su propia idiosincrasia y, al final, la perdimos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz