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Curar en la selva herida 84 racol y en el cangrejo. Los años 1984-1985 fueron destinados, en mis tiempos de ocio, a esta tarea. Al final pude reconstruir todo el ciclo biológico del parásito, demostrar la originalidad de sus huéspedes interme- diarios, un caracol llamado Aeropyrgus colombiensis y un cangrejo, con el nombre de Zilchiopsis ecuadoriensi s. Disfruté en el microscopio viendo salir de huevos de pa- cientes incubados en nuestro laboratorio el primer embrión del parásito, llamado Mi- racidium . Encontré por primera vez la fase infantil en el caracol, fase llamada cercaría, con el nombre concreto de xifidiocercaria microcerca, y pude descubrir la existencia de fases juveniles de Paragonimus en can- grejos que pertenecen a una nueva especie nunca considera como segundo huésped intermediario de la Paragonimiasis . Mu- chas horas ante el microscopio, muchas mañanas visitando las quebradas cercanas a Nuevo Rocafuerte para recoger miles de caracoles minúsculos y cangrejos que se localizan entre la maraña de hojas y palos medio podridos que ocupan el fondo de esas quebradas. Llegaba al hospital cubier- to de barro y suciedad, con algunas pica- duras de los infinitos insectos que habitan la selva, dispuesto a examinar este material en el microscopio y plenamente feliz en mi pequeña locura investigativa. Mientras examinaba cangrejos de las que- bradas vecinas al hospital me encontré, esto era en febrero del año 86, con una nueva metacercaria, la fase juvenil del Paragoni- mus , que no se parecía en nada a las descri- tas en la literatura mundial. Todos los ras- gos correspondían al género Paragonimus, pero sus características y sus medidas mi- croscópicas no se podían identificar con las ecuatoriana y comenzaba a fraguarse en mi interior el cosquilleo que produce un horizonte de búsquedas y hallazgos por realizar. El año 83 comenzaba a buscar parásitos adultos en pulmones de animales de la selva, con el deseo de conocer las características del parásito idéntico al que invade los pul- mones de los pacientes humanos. Pudimos recoger ejemplares en puercos de la selva, ti- gre, tigrillo, raposas, tejones, nutrias y algu- nos más. Pudimos estudiar la anatomía de estos gusanos que pertenecen al grupo bio- lógico de los Tremátodos. Esta búsqueda me llevó a conocer otros muchos parásitos que invaden el pulmón de algunos mamíferos de la selva, incluso de otros órganos como el hígado de los mismos. Coleccioné ejempla- res de los tres grandes grupos de helmintos: nemátodos como el Metastrongylus psalmi ; algunas filarias; platelmintos con hidátides poliquísticas de Echinococcus y tremátodos del género Paragonimus . Mientras recibía ejemplares adultos de Pa- ragonimus , montaba en mi pequeño labo- ratorio un par de piscinas donde comen- cé a cultivar caracoles para ver si lograba reproducir el ciclo biológico del parásito. Este ciclo fascina por su complejidad y su especificidad. El parásito pasa en su desarrollo por un caracol muy pequeño, perteneciente a una especie muy concreta que vive en nuestras quebradas y cuando alcanza un grado de desarrollo debe intro- ducirse en un cangrejo, también especifico, donde llegará a una fase juvenil con capa- cidad de infectar a mamíferos, incluido el hombre, y llegar en su pulmón a la edad adulta. Quería conocer esas fases en el ca-

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