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El hospital que investiga 83 rámica de todas las formas de enfermar de la región”. (Salud y enfermedad. Patología Tropical en la Región Amazónica Ecuato- riana. CICAME, 1984, p. 23 ). Cuando llevaba ya 12 años de actividad hospitalaria, 1970-1981, realicé una nue- va revisión de las patologías que llegaban a nuestro hospital, tanto en régimen am- bulatorio como entre los pacientes hospi- talizados. El resultado fue sorprendente: De las 28.851 consultas externas, 24.570 correspondían a patologías cosmopolitas y 4.281 a patologías tropicales, es decir, és- tas ocupaban el 14,80% de la totalidad. De los 2.305 pacientes hospitalizados, 1.972 correspondían a patologías cosmopolitas y 333 se trataba de patologías tropicales, por tanto el 14,40% del total. Es curioso cons- tatar el equilibrio entre consulta externa y hospitalización en cuanto a porcentajes de patologías cosmopolitas y patologías tropicales; ciertamente, no muy alto, pero elemento esencial en el diagnóstico dife- rencial de cualquier patología en la región. diaria de este pequeño observatorio hos- pitalario. En el curso de cinco años, 1974- 1978, hospitalizamos 1.048 pacientes que quedaron distribuidos de esta manera en las cuatro grandes secciones de nuestro pe- queño hospital general: Clínica general, 269 pacientes, 25,66%; Cirugía y Traumatología, 233, 22,23%; Pediatría, 323, 30,82%; Gine- coobsdtetricia, 223, 21,27%. Con ocasión de la recogida de estos datos escribía unas observaciones muy pertinentes a la época, cuando la movilización hacia centros espe- cializados era poco menos que imposible. “El hecho de que el hospital “Franklin Te- llo” se encuentre tan distante de otros cen- tros de salud y las dificultades ingentes para traslados nos han obligado a aceptar todos los casos que requieren hospitalización y a abordar el tratamiento de los mismos con el coraje que exigen las circunstancias en que nos toca vivir. No podemos realizar ex- clusivamente una medicina especializada, dejando algunas secciones a otros centros. La afluencia tan equilibrada de pacientes en las cuatro secciones otorga una visión pano- en Amberes, Bélgica, a fines de 1969. Ésta es una patología con personalidad propia, exótica y muy llamativa. Verdaderos gusa- nos vivían en el pulmón y creaban proble- mas de salud a sus poseedores. Conocía el ciclo biológico del parásito, ciclo fascinante por lo complejo y lleno de atractivos para una búsqueda del mismo en nuestra región amazónica. Apenas existían referencias sobre esta patología en nuestra Amazonía M i primera inmersión en el mundo de las patologías tropicales se ini- ció en el año 1973, cuando llegaba a nuestro hospital un paciente de 13 años con un cuadro respiratorio grave y podía determinar en su esputo la existencia de cientos de huevos de Paragonimus . Yo co- nocía bien estos huevos operculados por haberlos visto en preparaciones de labora- torio en mi curso de Patologías Tropicales Una parasitosis pulmonar

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