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El hospital y los encuentros interculturales 65 pie a una confusión en la mente de los pa- cientes. Aún admitiendo que, en ocasiones, los conocimientos de los yachak son muy importantes, su concepción de la enferme- dad parte de una base mágica, que permite interpretar la enfermedad desde un nivel diferente de conocimientos de la realidad del universo y de la persona humana. En conjunto con grandes sabidurías hay enor- mes ignorancias interpretativas y, lo que es un aspecto fundamental, la admisión de un poder activo de la persona para hacer el mal a sus semejantes. La medicina occi- dental, si bien ha permitido hasta hoy im- portantes lagunas en sus conocimientos y acciones, ha penetrado en niveles más pro- fundos de la realidad humana. Nosotros no debemos crear una imagen falsa ante los pacientes de que ambas concepciones tie- nen el mismo nivel de validez. Ayudamos, si somos honestos, en la interpretación de la enfermedad y en los métodos terapéuti- cos que creemos deben emplearse. Al mis- mo tiempo debemos dejar a la decisión de cada cual escoger el camino de su curación. Pero todo esto se entorpece si, en el mismo centro de salud, se alternan concepciones muy diversas de la enfermedad y métodos que nacen de ambas concepciones. Además, hay que distinguir también dentro de las prácticas tradicionales. No tenemos problemas, por ejemplo, cuando desean aventar a un paciente con hojas aromáticas. Un grupo de unas pocas personas ventila con manojos de hojas encima del enfermo que se supone que sufre por un mal viento o un mal aire. Lo sabe hacer mucha gente y no se precisa tampoco de un yachak. Es una práctica muy común y ya me lo han hecho incluso a mí cuando estaba de visita satisfacciones comprobar que mis relacio- nes con los yachak de la región han sido excelentes. Algunos de ellos han sido hos- pitalizados y tratados en nuestro hospi- tal, naturalmente por patologías que ellos llamarían patologías del cuerpo. En algu- nos otras ocasiones me han llamado para atender, en sus propias casas, a familiares cercanos a ellos mismos. Creen que el mé- dico occidental, en mi caso, tiene su propia sabiduría y su territorio de acción y en éste se fían de él y confían en él. He tenido pa- cientes que han sido enviados por los mis- mos yachak para que el doctor del hospital complete el tratamiento. [P] En torno a los esfuerzos actuales para desarrollar estrategias intercul- turales en salud, una de las propuestas más fuertes es la inclusión de agentes de los que ejercen la llamada “medicina tradicional” dentro de las instituciones sanitarias. En Riobamba, por ejemplo, existe un hospital que además de ofre- cer servicios de medicina occidental y odontología tiene un área de medicina tradicional (con yachak y parteras tra- dicionales) y un área de medicina alter- nativa y complementaria (homeopatía, osteopatía etc.). ¿Qué opina Usted de la idea de mejorar la atención médica para poblaciones indígenas a través de la in- clusión de agentes de la medicina tra- dicional en las instituciones sanitarias? ¿Hubiera sido útil, por ejemplo, tener a un yachak dentro del hospital de Nuevo Rocafuerte para atender a los pacientes indígenas? [R] Yo considero que la persona tiene que ser sincera y consecuente con sus propios conocimientos y como médico no debe dar

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