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El Hospital y sus historias 49 Telemedicina en acción En Nuevo Rocafuerte, en la provincia de Orellana, está el hospital mejor equipado de la amazonía ecuatoriana. Manuel Amunárriz, un médico misionero, es la cabeza de un proyecto que incluye la inves- tigación y la formación de nuevos médicos. -¡Padre, el doctor Kenneth está ya en línea!, dice la madre Laura, apu- rando con su llamado a Manuel Amunárriz. El padre-doctor, vestido de blanco impecable, apresura el paso y se dirige a la sala de telemedicina, una aula provisional (porque ésta será aún más moderna en el pabellón que en breve se estrena) que se ha acondicionado para el efecto. Ya en la sala, el doctor Amuná- rriz toma el mando del control remoto y se conecta. Le acompañan una doctora que hace su año de rural y dos estudiantes de medicina que están allí para sus prácticas. En la pared se proyecta la imagen del doctor Kenneth Reece, en la Universidad Técnológica Equi- noccial (UTE) de Quito. En un recuadro pequeño, los asistentes a la reunión de telemedicina, en el Hospital Franklin Tello, de Nuevo Rocafuerte. En Quito, la proyección será a la inversa: en la pantalla grande aparece el personal de Nuevo Rocafuerte y, en el recuadro, el doctor quiteño. Luego de los saludos y de verificar que la señal esté funcionando a la perfección, empieza la reunión. Las estudiantes le plantean el últi- mo caso que ha llegado al hospital: una mujer indígena de 32 años, llegada desde la selva peruana, desde Angoteros, con edemas en todo el cuerpo y en el rostro. Van al detalle del caso, hablan de los resultados de los exámenes de sangre, orina y heces. El médico, del otro lado, toma apuntes. El doctor Amunárriz hace énfasis en los re- sultados del eco realizado a la paciente. Todo indica que es un asun- to extremo, con pocas posibilidades: la mujer padece de problemas renales graves y solo un trasplante de riñón pudiera salvar su vida. Discuten el caso entre todos, hablan de suministrar diuréticos en con la colaboración directa de las Fuerzas Armadas para el capítulo de la conctivi- dad. Muchas cosas y, a poder ser, en corto tiempo. Tenía que entregarme de nuevo a la tarea, por otra parte, fascinante, llena de estímulos. En el año 2007 presentamos al Gobierno de Navarra, en España, un proyecto de renovación del Hospital Franklin Tello, distribuido en varios capítulos: renova- ción de energía eléctrica, con nuevo ge- nerador eléctrico de mayor capacidad y nueva red completa de distribución eléc- trica y cableado para líneas telefónicas, transmisión de datos y banda ancha para Internet; equipos de asistencia básica de Cuidados Intensivos; equipos básicos y complementarios para Laboratorio Clí- nico; equipos para el servicio de Odon- tología. El proyecto fue aprobado en su totalidad y para mediados de 2008 el Hos- pital estaba funcionando con las reformas propuestas. Mientras tanto la Universidad apoyó la construcción de un nuevo pabe- llón que abarcaba el área de Terapia In- tensiva y el de Telemedicina. Las sesiones de telemedicina que habían comenzado a funcionar provisionalmente en un peque- ño local antiguo del Hospital disponían ya de unas instalaciones amplias y cómodas, con equipamiento moderno y cada día dedicábamos una hora al diálogo y con- sultas con personal especializado de la sede central de la UTE en Quito. De esta manera, habíamos conseguido elevar el nivel de eficiencia y casos especiales po- dían ser evaluados de forma casi directa por especialistas, utilizando las ventajas que ofrecen hoy día las Tecnologìas de la Información y Comunicación (TICs).

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