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Una selva viva y habitada 31 “Escuché que madereros entraron y mataron a tagaeri, pero no sabemos si fue verdad o no. Lo que sí fue verdad es que Ma- nuel (Waorani) fue con los madereros luego del ataque de abril y encontraron una casa, lanzas y cosas de los tagaeri. Llevaron un montón de lanzas. Pero no contaron más. Yo dije a Manuel que hay que trabajar en otra cosa, no sé cómo hacer entender a Manuel que no haga eso. Después decían que hubo matan- za, pero no sabemos. Sí sabemos de otras muertes antes de la matanza de 2003 y de otros enfrentamientos: es lo que puedo contar. Cuando entraron los Ministros, después de la noticia, no entiendo cómo no hicieron un acuerdo con la comunidad para decir que ya no dejen entrar madereros, que ya es suficiente, debían ofrecer algo a cambio sin mentir y llegar a un acuerdo con la gente. Pero ellos (los Ministros) piensan con otras ideas. Solo sobrevolaron y nada más. Los tagaeri caminan por ahí porque ése es su territorio. Y lo tienen que defender porque están siempre amenazados. La hija de Omayuwe dice que han robado la yuca, pero que no han molestado en la casa y Omayuwe, que él no va a ir a bus- carles, que si quieren ir, pueden llegar tranquilos, que no habrá enfrentamiento. Yo sí he visto huellas de ellos, mi hijo también encontró dónde tomaban chicha, cerca de lo del maderero que murió en abril. Sobrevolando sobre el Cuchiyacu también he visto una casa. Ellos andan por todo lado, por el norte y por el sur, cambian de lugar por chonta, por tiempo de cacería, por tiempo de plátano. Yo puedo contar muchas historias. Antes de contacto había mucha gente como 25 familias, puede ser más. Ahora habrá menos. He navegado esta parte donde mataron en el 2003 y mataron de gana. Los madereros encontraron la casa y luego quedaron manos limpias… Para mí, todos quieren ir a ver a los tagaeri, unos quieren sacarles fotos, otros quieren contactarles, quieren buscarles los madereros y algunos waorani, yo eso no entiendo. Luego, si se hace contacto, ellos quedarán muy débi- les. Y ya no hay defensa del territorio si ellos se debilitan. Ellos, los tagaeri y taromenani, defienden la casa de todos” A quién le importan esas vidas, Aguirre M, Cicame, p.74 Lo descrito hasta ahora parece encontrar- se lejos del cantón Aguarico, la región más oriental del Napo ecuatoriano, cerca o dentro del Parque Nacional Yasuní, Reser- va Mundial de la Biosfera. Aquí no existen aún carreteras, colonización, explotación maderera, pero existe explotación petrole- ra en las márgenes del cantón o en la zona más occidental del mismo. La reserva más importante de petróleo, el llamado ITT, por los tres pozos testigos existentes, Ish- pingo, Tambococha, Tiputini, se encuen- tra en la actualidad (2011) en un perio- do de espera, ante las posibilidades de no explotación si se reciben compensaciones internacionales que justifiquen esta medi- da; o simplemente en el tiempo previo a la preparación inmediata de su explotación. Esta enorme bolsa de crudo pesado se si- túa dentro del cantón Aguarico, y tendría como ejes poblacionales de la misma a los centros urbanos de Nuevo Rocafuerte y Tiputini. ¡Quién duda que su explotación provocará, además de serias alteraciones del ecosistema, cambios importantes en la salud de sus moradores y el Hospital Franklin Tello alterará su ritmo de activi- dad! Este largo proceso transformador y des- tructivo ya se barruntaba hace muchos años por quienes habitaban en aquel en- tonces en nuestra selva amazónica. He aquí un testimonio de esta intuición:

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