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Curar en la selva herida 166 bilidad humana y a la imaginación de estos jóvenes, meses antes de iniciar ya su vida profesional como médicos ecuatorianos. La mayoría, casi la totalidad, muestran su sorpresa positiva ante la experiencia vivi- da, el agrado de haber podido vivir algo que no habían imaginado, la felicidad al descubrir imágenes microscópicas de pa- rásitos que sólo conocían en la frialdad de los libros, mientras tenían a los enfermos a mano para ver el efecto de estas parasito- sis. Y algo que muchos de ellos han mos- trado como rasgo característico de nuestro hospital es el clima de libertad en el que ellos realizan su estancia y su aprendizaje. No hay demasiada disciplina, demasiados controles; existe más bien espontaneidad, camarería, posibilidades de ver, pregun- tar, dialogar y crecer desde dentro de la propia persona. Me parece, por tanto, una ruta equivocada la que pretende someter a estos jóvenes médicos, en su última etapa de Internado Rotativo, dentro de esta ex- periencia amazónica de un corto mes, a un apretado programa de actividades progra- madas desde Quito. Necesitan el ambien- te de paz y libertad, para ver pacientes, experimentar en el laboratorio cómo se realiza la búsqueda de agentes patógenos, dialogar sobre experiencias clínicoquirúr- gicas surgidas en este mundo exótico, im- pregnarse de un ambiente que difícilmente volverán a vivir y experimentar de cerca qué es estar junto al enfermo y conocer el alma de las gentes del lugar. Muchos de los jóvenes que vivieron entre nosotros llevan en su experiencia en el Franklin Tello esta peculiar vivencia como la nota diferencial de su paso por Nuevo Rocafuerte, el sello de una etapa de su formación que impactó sus vidas. años en nuestro hospital. Disponía de una buena colección de imágenes, tanto clí- nicas como parasitológicas, aunque estas clases pretendían preparar a estos jóvenes médicos a acercarse con acierto a cuadros clínicos que ocultan en sus variaciones fre- cuentes el agente que los produce. ¿Cómo debe abordarse un síntoma fundamental, tras el cual se oculta una patología específi- ca de la Amazonía? ¿En qué debemos fijar- nos más? ¿Qué nos dice una facies peculiar que muestra, para los ojos preparados, el agente que está destruyendo la salud de esa persona? Clases, no tanto teóricas, sino na- cidas de una larga estancia en el lugar y tras la experiencia adquirida con los años. A lo largo de este dilatado periodo de tiem- po, octubre de 2006 hasta abril de 2011, casi cinco años, todas las promociones de la facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo, de la UTE, han pasado por nuestro hospital. Ha sido una experiencia impor- tante, tanto para los alumnos como para el equipo hospitalario. Hemos podido com- probar el impacto que un cambio geográ- fico y humano como éste afecta a la sensi- Tecnología de punta Mostran- do en pantalla imágen pulmonar en el equipo de rayos X digital.

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