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Un hospital frente a situaciones extremas 113 en la parte inmediatamente superior del codo derecho, por su cara anterior. La dormimos con ketalar, limpiamos repe- tidamente la herida y la gran cavidad que asomaba por ella; repusimos el hueso en su sitio; lo fijamos con dos agujas de Kirsch- ner, desde el exterior, a través de la piel; su- turamos los diversos planos y colocamos una valva de yeso. Iniciamos de inmediato una fuerte antibioterapia. Permaneció hos- pitalizada 41 días, pero la niña salió com- pletamente restablecida, con una buena función articular a nivel del codo y una to- tal consolidación de la fractura. Solo la pe- queña deformación de la muñeca recuerda a Patricia su aventura infantil. * * * Fiorela Jarama era peruana, de Pantoja. Te- nía 9 años y eran las 2 de la tarde cuando se cayó del guabo por ruptura de la rama sobre la que se estiraba para coger uno de sus frutos. Cuando llegó al hospital, el 23 de diciembre de 1989, eran las 7 de la tarde y nosotros acabábamos de finalizar una in- tervención quirúrgica; el quirófano aún es- taba desarreglado y hubo que realizar una limpieza rápida antes de abordar el trata- miento de Fiorela. Porque, efectivamente, nos encontrábamos ante un caso quirúrgi- co: la niña había hecho una fractura abier- ta del tercio superior de húmero izquierdo y éste, lleno de puntas, había desgarrado la región supraclavicular izquierda y salido a través de una gran herida anfractuosa. Era una niña gordita y simpática. Valien- te; por sus propios pies llegó al quirófano. Se dejó hacer hasta que se durmió con una siones en intestino delgado y grueso. Una parte del recto está destruida, alcanzan- do el sigma. Una perforación en intestino delgado, una zona perforada en implanta- ción del íleon en ciego; tres perforaciones en el mesenterio. Existe abundante sangre en la cavidad abdominal y heces libres en la misma. Realizamos una ablación de 10 cm de rec- to y sigma. Anastomosis término terminal de intestino delgado a dos noveles. Un ano contra natura definitivo y cerramos el ab- domen. En este momento, tras cinco horas de intervención quirúrgica, el paciente en- tra en shock, hace una parada cardiaca y fallece. Fue muy duro comunicar a la mamá el fallecimiento de su hijo y todo el equipo hospitalario acompañamos a la Sra. María, mientras preparábamos el entierro de Jorge en nuestro cementerio de Rocafuerte. * * * Patricia Robertina Coquinche Grefa tenía 10 años cuando trepaba al guabo, fasci- nada por sus apetitosos frutos. Y aunque era delgada la rama se quebró. De pronto se encontró en el suelo, con el brazo y an- tebrazo derechos rotos, sin una persona que le pudiera ayudar. Era el 28 de enero de 1984. Sus padres no estaban en la casa y unos tíos, vecinos, la tomaron bajo su res- ponsabilidad y le trajeron al hospital, des- de Puerto Miranda, a 30 km de Rocafuerte. Cuando llegó su aspecto era deplorable. La muñeca estaba completamente deforme y 10 cm del húmero, enormemente astillado, asomaba por una gran herida que se abría

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