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1cm 90 de la Carretera de los Aucas. El tecnólogo me envió las placas e intentó ponerse en contacto con la familia para que viniera al Hospital. Pero para entonces el papá le había llevado a Quito, al Hospital Baca Ortiz. Cuando salí a Quito, fui a visitar a la pequeña paciente, pero el papá, cansado de que su hija no recibiera tratamiento específico alguno, la había retirado y, en esos momentos, viajaba a Nuevo Rocafuerte para someterse al tratamiento de su enfermedad. Ya las Hermanas conocían las pautas del mismo y, como pude confirmar posteriormente, la niña mejoró y fue dada de alta con una regresión completa de su sintomatología. Durante ese año sabático visitaron el Hospital 3 pacientes con Chagas agudo: la niña de 7 años, IR, de la Carretera de los Aucas; una niña de 6 años, CM, de la zona cercana a Lago Agrio y un pequeño de poco más de un año, VM, de la zona de los Zorros, cerca de Coca, que llegó muy grave.y que falleció en las primeras horas de su hospitalización. En ese período de tiempo conocimos otros 3 casos, todos de corta edad, que evolucionaron hacia la curación clínica, sin tratamiento específi co. De los 6 casos, cuatro eran de procedencia colona, aunque su estancia en el Oriente era larga, muy anterior a la aparición de sus cuadros clínicos. Dos eran niñas indígenas, procedentes de comunidades nativas, una de Estrella yacu, en la zona del río Payamino, la otra de Paroto, en el río Napo. Los chinches vectores de la enfermedad En septiembre del 89 comencé a buscar triatominos en las. zonas de donde procedían los pacientes y a comprobar si el tubo digestivo de los mismos estaba parasitado por formas evolutivas del Trypanosoma cruzi. Visité la casa del niño que falleció en el Hospital, en la Carretera de los Zorros, cerca de Coca. Me 80
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