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En nuestra selva amazónica los cazadores encuentran con cierta frecuencia estas lesiones en puercos salvajes, siempre en parénquima hepático. No existen datos de otras localizaciones de estos parásitos degenerados. Temnocephala sp En diciembre del 84 me encontraba en plena actividad de btisqueda de los huéspedes intermediarios de la Paragonimiasis. Visitaba quebradas y recogía moluscos y crustáceos para ver en cuáles se podían ver cercanas o metacercarias de Paragonimus. Estas visitas comprendían no sólo las quebradas tributarias del Napo, en la selva vecina a Nuevo Rocafuerte, sino aquellas que se localizaban en la cuenca del Yasuní. En una pequeña quebrada de este Ho, cerca de la desembocadura, que yo llamé QGA, encontré en algunos ejemplares de un Trichodxictitidae, unas formas vivas que yo interpreté de entrada como metacerca Has de tremátodos, pero no del género Paragonimus. Efectiva mente no poseían una anatomía característica de este género, aunque sí existían dos ventosas, una formación que recordaba a las glándulas vitelógenas, unas estructuras que podían ser testículos y ovario y algunas cosas más. Lo que llamaba mucho la atención era la formación de cinco prolongaciones en la parte anterior del cuerpo, semejantes a dedos, por lo que yo denominé a esta forma larvaña “metacercafla pentadáctila”. Su tamaño oscilaIa alrededor de 1 mm de longitud. En septiembre del 85, en otra quebrada situada en la zona de Taracoa, a tres horas de la bocana del Yasurn, encontré, en otros cangrejos, las mismas metacercarias pentadúctilas. Como no era el tema que me ocupaba en aquel momento guardé ejemplares fijados en portas, en mí laboratorio, y fotografié algunos ejemplares. 146

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