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más el Dr. Pedro Morera. Desde que nos vimos, unos pocos días antes en Portoviejo, Manabí, dando unas clases sobre patologías tropicales, en unas jornadas del Precongreso, Pedro Morera me asedió a preguntas sobre cómo podría él visitarme en Nuevo Rocafuerte, al finalizar las jornadas del Congreso. Pasamos unos días en Guayaquil, cada uno en sus responsabilidades y en la exposición de los temas que cada uno llevábamos a esta reunión científica y, al mismo tiempo, él hacía todos los contactos para suprimir algunos compromisos que tenía y quedar libre para prolongar su estancia en el Ecuador y viajar conmigo al Oriente. El 20 de mayo finalizaba el Congreso. Al día siguiente viajába mos a Quito y el sábado volábamos a Coca. Un día después, junto a la Dra. Lourdes Marlén Silva, que forma equipo conmigo en las tareas del Hospital, viajábamos en deslizador hacia Nuevo Rocafuerte. Para que las cosas fueran más reales nos varamos varias veces en el recorrido y los tres ocupantes del pequeño deslizador tuvimos que lanzarnos al agua para salir a aguas profundas. Cuando llegamos a Rocafuerte estábamos cansados, pero Pedro Morera dejaba ver su dicha por nuestra realidad geográfica y las maravillas de este habitat amazónico. A la mañana siguiente recogíamos numerosos ejemplares de babosas, del género Vaginulus, e iniciábamos el estudio de estos molus cos. Tuvimos un serio problema desde el comienzo. El fermento que necesitábamos, la pepsina, no existía en el Hospital y hubo que improvisar un líquido digestivo con extracto de papaya. Hicimos varias pruebas, pero las 100 babosas que examinamos, siguiendo rigurosamente las pautas que el mismo Dr. Morera había señalado años antes, dieron resultados negativos. Tres días pasó el Dr. Morera entre nosotros, dedicado fundamentalmente al estudio de babosas. y filmando las diversas actividades de nuestro pequeño Hospital. Haciendo honor a la constancia de su afán investigador, antes de regresar recogió más de 30 babosas y, empleando un método completamente casero, las guardó dentro de un calcetín, lleno de tierra húmeda y 136

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