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vivimos. Siempre me interesaron estas Patoiogtas Tropicales, muchas de las cuales se relacionan con tas existencia y la vid3z de algunos seres vivos, que necesitan para su desarrollo de una convivencia estrecha con el hombre o con otros inamtferos: estamos ante el inmenso mundo de la Parasitología, que es el causante de un gran porcentaje de la patología humana en la región. Junto al elemento tropical de nuestra vida existe comimo factor muy importante: el aislamiento. El Hospital se sitúa en el río Napo, en la pequeña población de Nuevo Rocafuerte, capital del cantón Aguarico, distante aproximadamente 300 km de la zona petrolera con vías de comunicación terrestres. Para trasladarnos al resto de la República la única vía práctica es la vía fluvial, hasta alcanzar la población de Puerto Francisco de Orellana. Desde allt otros 300 km nos separan de Quito, por carreteras no asfaltadas; a no ser que usemos la vía aérea, no siempre disponible para nosotros. Cualquier trabajo cltnico o investigativo debe tener en cuenta esta realidad. Por último, curar o conocer mejor el mundo de la Patología amazónica tiene que realizarse desde unas condiciones que me gustaría llamar “rurales “. La alta tecnología y los medios sofisticados no son realidad amazónica a nuestro alcance. A cercarse a la vida cotidiana con interés e inquietud permiten, por otra parte, conocimientos insospechados y un seguimiento intensivo da la posibilidad de poner en común estos saberes con otros profesionales, interesados en el inmenso inundo de la Patología Tropical y la Parasitología. Recogí en un pequeño tibr& el año 1993, bajo el título de La Aventura de curar en la selva amazónica, algunas de mis experienciasfuertes en el campo de la actividad clínica y, ahora, pretendo en estas páginas expresar el curso incierto, vacilante y sinuoso de mis búsquedas en el conocimiento de algunas de las Patologtas Tropicales y Parasitosis, que más me han impactado durante mi estancia en la Selva Amazónica. 12

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