BCCAP000000000000024ELEC

de abastecerme de los famosos sueros Butantán. Escribí a una comunidad de Terciarias Capuchinas que vivían en la gran metrópoli y les pedía que trataran de conseguirme unas dosis de estos sueros para la fecha en que yo pudiera vísitarles personal mente. Cuando llegué a Sáo Paulo pude, por otra parte, tratar del tema con algunos de los participantes al Congreso, mientras durante una de las mañanas de aquellos días visitábamos detenidamente el Instituto Butantán. Aprovechando momentos libres en el Congreso, visité a la comunidad de Terciarias Capuchinas y ellas me habían conseguido 150 dosis, a un precio muy razonable. A mi regreso al Ecuador, en mis maletas traía un pequeño tesoro de 300 dosis, unas de suero polivalente y otras de suero antibotrópico, que habrían de resolver, a lo largo de los próximos años, muchos de nuestros graves problemas por mordedura de serpientes. Hacia el año 89 el Dr. José Rumbea, entonces Subsecretario de Salud del Litoral, me proporcionó 20 dosis del suero fabricado en el Instituto Nacional de Higiene de Guayaquil, que habían sido valorados muy positivamente en las pruebas realizadas en laboratorio sobre su poder de neutralización de veneno ofídico. Muchos años después, en julio del 92, cuando ya los sueros antiofidicos estaban a punto de desaparecer de nuestra farmacia, viajaba al Tena para exponer al Dr. David Carbonell, Director Provincial de Salud, mis necesidades terapéuticas. El Dr. Carbonel acababa de ser elegido Director Provincial y su disposición a colaborar con nuestro Hospital era óptima. Providencialmente había recibido pocos días antes una partida importante de sueros antiofídicos del Ministerio de Salud y tuvo el gesto elegante de proporcionarme 100 dosis. Se trataba de una remesa de sueros mexicanos, del laboratorio MYN que, por cierto, no eran excesivamente apreciados por algunos profesiona les, etiquetados como sueros poco eficaces en la terapéutica antiofídica. Pero, pensaba, siempre es mejor tener una terapia específica que carecer de ella. El tiempo me daría la razón. 112

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz