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46 ALEJANDRO DE VILLALMONTE realiza cumplidamente el dicho: tantas cabezas tantas opiniones. Al menos entre los que han estudiado personalmente el tema. Sería raro que alguien mantuviese, al iniciarse el siglo ou, alguna de las explicaciones ofrecidas por los manuales neoescolásticos de hace unos decenios. Se emprenden reformulaciones muy de fondo, de modo que, en casos, el clásico PO se conserva ya solamente diría mos en estado gaseoso. Un buen grupo de estudiosos del tema niega taxativamente tal doctrina por diversos motivos y en varias formas. En consecuencia, sólo en sentido amplio, por condescender con el uso establecido y convencional del lenguaje religioso teológico podríamos seguir hablando del PO como de doctrina tradicional, clásica, común. Más bien cabe llamarla oficializada, oficial en la Iglesia tatina/occidenta4 acotaciones estas que debemos tener en cuenta a lo largo de nuestra exposición. De todas formas, nosotros necesitamos un interlocutor válido para seguir hablando a favor o en contra del PO. Es decir, necesita mos contar un concepto de PO sobre el cual versen nuestros comen tarios y, llegado el caso, nuestro rechazo. Pues bien, como la ense posterior, A. DF VILLALSI0NrE, El pecado original. Perspectivas teológicas comentario al libro de A. M. Dt’B.lRL1i Le péché originel. Perspectives théologiques Paris, Do Cerf 1983; A. DE VILLADvIONTE, El pecado original en su historia, comentario a dos libros recientes, en NG 33 (1986) 139-172. Se refiere a los libros de i. KÓ5TER, Urstand, Fall und Erbsünde. Von Re/érmation bis zicm Gegenwart, en: M. SctlMAus (Hrsg.), Hand bztch der Dogmengeschichte Bd 11, Fasc. 3, freihurg, Hercler 1982); lo., Urstand, Fall und Erbsiinde in der kathoiischen Theotogie unseres Jahrhunderts, Regensburg, f. Pustet, 1983; 5. WIEDEN1-loFta, Zum gegenwdrtigen Stand cler Errbsündentheologie, en ThR 83 (1987) 333-370; lis, Principales formas de la teología actical sobre el peca do original, en RIC 13 (1991) 528-542; lo., Teología del pecado original: modelos actztales en ST 32 (1993) 103-111; 1. Wii.uu, Dic Revision cler Lehre von der Erbsüncle, citado en nota 3; G. MAwrioio’, Libre réponse ti un scanclale. La ¡tinte origineile, la soufrance et la morl Paris, Do Cerf, 1986; J. A. SAYÉS, Antropología del hombre caído, El pecado original, Maclrid, BAC, 1991; L. F. LADARIA, Teología del pecado original y de la gracia. Antropología teológica especial, Maclricl, BAC, 1993; J. 1. GoNzÁLEz PAlis, Pro yecto de hermano. Visión creyente del hombre, Santander, Sal Terrae, 1987; AssociAzio NF TloLoGicA ITALIANA, Questioni sul peccato originale, Padova, Messaggero, 1996; A. VANNisrE, Le péché originel: un déhat sans issue?, en EThL 70 (1994) 359-383; j.-M. MALDEMÉ, Que peni-on—dire du péché origine/ ti la hcmiére des connaissances actuelles sttr lbngíne de l’humanité? Péché origine4 péché dAdam etpéché dic monde, en BLE 97 (1996) 3-27; L. PANIER, Lepéché originel. Naissance de l’homme sauvé, Paris, Du Cerf, 1996; Redenzione in Cristo e ucniversalitd del peccalo. La questionne del pec (dito ouuçmale cn La Scucola Cattohca 126 (198”) 335 5i8 Numcio IT1000,,1 LOdO SOl)1C
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