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CRISTIANISMO SIN PECAI)O ORIGINAL 39 Mencionarnos, en primer término, a E. Guttwenger 20 Como acabarnos de hacer nosotros, también Guttwenger parte del hecho de que todo hombre está llamado a la participación de la vida divi na por la incorporación a Cristo. Por eso, al entrar en la existencia entra acogido —ya al amor y providencia sobrenatural de Dios—, en la «zona de influencia» —si vale la expresión— de Cristo Salva dor. Siendo real esta influencia y presencia de Salvador en todo hombre, no parece admisible hablar de pecado original, en el senti do tradicional, fuerte de la palabra. Tampoco habría motivo para hablar de un estado de gracia que implique una incorporación real —ya a Cristo: la recepción de una gracia santificante y trasformante del hombre. El recién nacido estaría, por tanto, en situación de toda vía-no de la gracia e incorporación a Cristo, Sacramento universal de salvación. La razón es que el infante todavía-no ha podido tomar una decisión personal, libre a favor o en contra de Cristo, en la fe y el amor. La vieja expresión «pecado original, de tener algún sentido aceptable, querría expresar esta mera ausencia, mera carencia de relación libre, personal, positiva del recién nacido a Cristo sea por la fe, sea por el sacramento de la fe. El recién nacido no puede ser ni formal/propiamente justo, ni formal/propiamente pecador. Tam poco se encuentra en relación meramente neutra o negativa respec to a Cristo. Está en tensión dinámica, progresiva, en ordenación interna, tensional hacia Cristo; aunque no llegue a estar positiva y personalmente incorporado a él. Por eso hemos hablado de un esta do intermedio del niño respecto a la gracia y al pecado. No lejos de esta posición encontramos a K. Rahner. Contempla éste al recién nacido en tensión dialéctica entre gracia y pecado; envuelto en un existencial de perdición; pero también en un existen cial de gracia/salvación. El existencial de gracia no conlleva el que el infante se encuentre ya formal y personalmente justificado/agraciado; pero sí que se encuentre «situacionado» por la Gracia, en positiva ten sión dinámica hacia la fritura deificación formal, interna, personal. Ésta se realizará e historificará por un acto personal de amor a Dios o por un sacramento. Pero, simultáneamente y con pareja intensidad, el recién venido al mundo se encuentra «situacionado» por ese existen 20 E. GurnvErGER, Die Erhsünde und das Konzil von Tríent. en ZKTh 89 (1967) 433-446. Comenlario en A. 1)E VJW\LrvIONTE. E/pecado oriinaI cit. en nt. 1; 345 s., 417.

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