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CAPÍTuLo III POSIBLES RESPUESTAS A LA PREGUNTA SOBRE LA SITUACIÓN TEOLOGAL DEL HOMBRE AL ENTRAR EN LA EXISTENCIA No es usual preguntar por la existencia o no existencia del PO desde la perspectiva en que aquí lo hacemos. Sin embargo, juzga mos ventajoso iniciar toda la inmensa problemática que acompaña al PO desde el punto de partida ahora elegido, consecuentes con la índole sistemática que queremos imprimir a este estudio. Ya de entrada quitamos a los profesantes de la doctrina del PO la solem nidad y dogmatismo con que proponían que todo hombre, al entrar a la vida, se encuentra contagiado-ya con la mancha del PO. Al oír tamaña afirmación, surge inevitable la pregunta, ¿cómo, sobre un momento oscuro, marginal, impreciso de la historia religiosa de cada hombre, han logrado los teólogos cristianos adquirir certezas tan elevadas, tan cargadas de antecedentes, concomitantes y consecuen cias —claramente siniestras—, para el concepto y vivencia creyente de Dios, del Salvador, del hombre imagen de I)ios? Ya se suele decir que, en temas de protología y estatología, los teólogos —siguiendo el camino de los creadores de mitos—, han dado muestras de exce siva imaginación, escasa sobriedad y de cierta pretenciosa sabihon dez en preguntas y en respuestas. Más adelante diremos algo sobre los senderos por los que se acarreaban los materiales para elevar la grandiosa teología del PO, ajenos sus constructores a toda labor crítica sobre la tarea que iban realizando. Pasamos ya a mencionar las respuestas que realmente pueda recibir la pregunta formulada. Las resumimos en estas cinco que a continuación comentamos.

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