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324 ALEJANDRO DE VILLALMONTE es el acontecimiento de la reconciliación = Versóhnung, en el cual la vertiente religiosa y humana del mismo parece que marchan indis tintas en la mente de Hegel Pero parece obvio que la reconcilia cion no puede tener lugar si no precede la escision/division/ruptu ra Y ello no por simple y mera negacion de la escisión, sino por asuncion positiva = Aujhebung de la misma La escision sigue ah, pero en cuanto negada y recuperada por sobreelevación. Ya se ve que en este razonamiento hegeliano opera subterrá neamente un presupuesto/creencia luterana: su visión intensamen te hamartiocentnca de la accion redentora de Cristo, cuya finali dad primordial y hasta exclusiva para un luterano, sería la de liberar del pecado (al modo forense de Lutero). Y que, incluso no hubiera tenido lugar en la historia, de no haber ocurrido el pecado de Adan, con todas las conocidas consecuencias Ya hemos expli cado nuestra oposicion a esta vision hamartiocentrica del aconteci miento de la justificacion y agraciamiento del hombre y la hemos sustituido por una vision cantocentnca, elevante y deificante en referencia al agraciado Y por una vision más profundamente cris tocentnca desde la perspectiva del propio Salvador Para que un hombre llegue a ser un perfecto reconciliado/redimido, no precisa ser previamente un caído, un ser corrompido por el pecado de Adán y por la corrupción radical de la natura humana que él ha provocado A menos que se tomen las palabras re-conciliado y re dimido en su mero. sonido y tenor gramatical. Que, en este caso, producirían desorientación. Los análisis realizados en los últimos capítulos nos muestran la omnipresencia e influencia de la doctrina del PO en los varios cam pos de la creencia y de la práctica cristiana. Algo similar hay que decir de la cultura que en torno a la teología ha ido germinando y consolidándose. Una lectura crítica del hecho no puede menos de intentar un juicio valorativo de tan notable acontecimiento. Pero un juicio global impliça riesgos y no ha de hacerse sin matizaciones. Porque, como he indicado, lo que haya que decir sobre el PO no puede expresarse en un simple enunciado. Es una verdad poliédri ca y cada uno de sus ángulos demanda una distinta valoración Por otra parte, toda creación del espíritu humano, incluso la que se diga especialmente asistida por la Providencia, está cargada de ambiva lencias y limitaciones en si y en la forma de ser comunicada de unas generaciones a otras.
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