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308 ALEJANDRO DE VILLALMONTE ta: «contra ti, contra ti sólo pequé y cometí la maldad que aborre ces». O bien con el hijo pródigo confesar «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti El acontecimiento de la conversion es uno de los instantes cumbre de la vida en los que el hombre se muestra en la plenitud de su ser consciente y libre, de su personalidad Dios no podría pedirle el arrepentimiento si allí mismo no reconociese al hombre como ser libre y responsable. Y el hombre cuando se arre piente, es como si tomase en sus manos toda la fuerza de su ser y se transformara, bajo la acción de la Gracia en hombre nuevo, nuevo 189 Pero lo que llamamos sentimiento de culpabilidad se distingue de la conciencia de pecado en que el sentimiento no sabe señalar un momento o comportamiento concreto de la vida personal en el que, libre y conscientemente, haya delinquido Y sin embargo, no puede alejar la idea de que es realmente culpable, no tiene conciencia lúci da, pero sí que tiene este ‘sentimiento de culpa’, de clara analogía con otros sentimientos, como el de odio o de amor. De este dice Virgilio, refiriéndose a los amores de Dido: Vutnus atit venís = lo lleva en la masa de la sangre As; el sentimiento de culpabilidad se fija en la pro fundidad de la psique, en los entresijos de la carne y del espintu Como es sabido la culpabilidad neurótica no ocurre exclusiva mente en el campo de la religiosidad. Si bien ésta parece ser el campo mejor abonado para que surja el fenómeno. Por otra parte, 189 Frente al fatalismo mamqueo propone Agustm el acontecimiento de la con versión como un testimonio claro a favor de la libertad humana. Tanta por parte de Dios, que llama al arrepentimiento, como por parte del hombre, que responde a la llamada de Dios, Contra Fortunatum disputatio 1, 21; PL 42, i123. La afirmación que aqui hacemos sobre el arrepentimiento como expresion privilegiada de la libertad humana contrasta frontalmente con la cauca radical que Sartre hace de este fenome no humano El arrepentimiento sena una fansaica expresion de mala fe un atentado contra la propia libertad/dignidad humana. Ver textos y comentario en D. CAsTILLo, o. c. en nota 173. Me parece que, a parte de ótros factores, hay aquí un influjo, tal vez inconsciente, de la visión luterana del hombre. Su natura radicalmente corrupta, el egoismo consustancial que le domina no le permite al hombre detestar cordial mente su proceder pecador Y si lo hace de palabra miente como hipocrita y resa biado pecador Vease la afirmacion de Lutero condenada por el papa Leon X que el arrepentimiento de los pecados hace al hombre «hipócrita y mayor pecador, DS 1456. Es imposible arrepentirse de un pecado radical, un pecado que pertenece a la estructura existencial del ser humano. Y si alguien dijere lo contrario, añadiría un mayor pecado el de mentir hipocnta y soberbiamente

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