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CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 187 mentos que ahora utílizamos implican, según este razonamiento, una humillacion para el hombre, son señales claras que delatan la condicion histonca de un noble señor que ha venido a menos la condicion del hombre caido Toda esta reflexion sacramentologi ca se eleva sobre una correlativa vision del hombre, sobre una antro pologia La antropologia preyacente y subyacente al mencionado razonamiento se apoya en un presupuesto filosofico-cultural el idea lismo platomco y neoplatonico Que a su vez tiene innegables cone xiones con antropologias de mdole mitica, idilica, pnmitwa, con sus ensoñaciones sobre el paraiso original en los inicios de la historia humana Cuya nostalgia recogia el poeta «y soñé que en otro estado / mas lisonjero me vr (Calderón) En perspectiva de teólogos y de forma más inmediata, tenemos que recordar la presencia aqui de la teologia de Adan omnipresente y ommoperante en toda la antropologia cristiana, hasta fecha recien te Su carencia de fundamento y sus varias incongruencias las hemos señalado reiteradamente En la actualidad, incluso los que sigan manteniendo la doctrina del PO, han superado el idealismo inge nuo que está en la base de la mentada sacramentología. No acuden a la teología del PO para reflexionar sobre la vertiente antropológi ca de los sacramentos, sobre su arraigo en la existencia encarnada del espíritu humano, en la psicología, en la cultura, en la historia. Señal clara de que, incluso para sus profesantes actuales, la doctrina del PO ha perdido su antigua relevancia teologica y cultural 6 EL PECADO ORIGINAL Y EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS Es éste un tema que, tanto a nivel doctrinal comó de praxis pastoral-litúrgica, pervade toda la historia de la Iglesia y de la teolo gía, en la cual marchan inseparables PO y bautismo de niños. La gente cristiana se acuerda del PO y hasta del diablo cuando acude a bautizar a sus bebes Luego, lo olvida y solo vuelve a acordarse del PO cuando siente con fuerza los impulsos de la libido sexual O recuerdan lo que hicieron Adan y Eva en el paraiso Conocemos las protestas de algunos de los teólogos actuales, para que el problema del PO —y la constelación de problemas que le acompañan— no aparezca reducido a «cosa de niños». Como si el

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