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CAPmJI.o VII LA DOCTRINA DEL PECADO ORIGINAL ANTE LA REFLEXIÓN TEOLÓGICA Después de más de cuarenta años de discusiones en torno al terna del PO me parece correcta e importante esta constatación: los defensores del PO no pueden arroparse bajo el dosel sagrado de autoridades indiscutibles y, hasta cierto punto divinales, de la Escri tura y de la Tradición. La discusión hay que proseguirla y dilucidarla a nivel de un modesto teologúmeno, con llaneza y sin encumbra miento. Ya hemos advertido de la desmesura intelectual y volitiva que supone el solemnizar, canonizar, ‘dogmatizar’ la teoría del PO. Los conservadores del PO y los negadores de esta creencia debernos discutir sobre legitirnidaci o no de una «conclusión teológíca: sobre si del dogma de la Redención se deduce o no se deduce la existencia del PO en el recién nacido. O más bien hay que pensar en su situa ción teologal de Gracia inicial en virtud de la Cruz de Cristo. Nos encontramos —los teólogos católicos al iniciarse el siglo xxi— ante una de las muchas cuestiones disputadas de las que está entretejida nuestra secular historia y nuestro quehacer como teólogos. Pasarnos, pues, a examinar los razonamientos teológicos que los teólogos de nuestros días proponen a favor de su teoría el PO. Razonamientos que, como saben los conocedores de san Agustín, el doctor del PO desarrolló con insistencia, firmeza y singladuras lógi cas no superadas por sus hodiernos continuadores ‘. Son dos los tipos btsicos de argumentación aducidos: — algzí me;ito de base experimentai/experiencia4 fenomenoló gica: la afirmación del PO sería indispensable para explicar el hecho 51 Los caminos recorridos por la ‘razón teológica’ a favor de la teoría del PO en estos últimos decenios lo hemos seguido en nuestra obra, El pecado original. Veinti cinco años de contmi’ersia, espec. 19-21, 139-142, 151, 323-328, 515-532, 541-550, con bibliografía. Los neoescol1sticos cte este período razonaban a favor del Po: a) desde la redención de Cristo; h) desde el dogma de la Inmaculada; c) desde la praxis bautis mal; ci) desde la teología del Adián paradisíaco. Por ej., J. F. SAGÜE5, I)e Deo creante et elevante en: Sacrae Tbeologiae Summa, Madrid, BAC, 1955, II, n. 931.
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