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90 II CPO 38; IGMR 23; PNLH 201; EP 17; DMP 37. 5. Para que la Palabra de Dios penetre más profundamente en nuestros corazones y la parti- cipación interior en los misterios divinos renueve siempre más nuestra vida, en nuestras celebracio- nes tengamos oportunos espacios de silencio, que es parte de la misma acción litúrgica. SC 90; 99; CtaO 41. 6. A imitación de san Francisco, que a menu- do expresaba sus afectos mediante la música y el canto, celébrense cantadas las acciones litúrgicas, en cuanto sea posible, en particular los días de fies- ta. Sin embargo prestemos atención no tanto a la melodía de la voz cuanto a la armonía del espíritu, para que la voz esté en consonancia con la mente, y la mente con Dios. II CPO 38. 7. En lo referente al rito, los hermanos deben conformarse a las prescripciones emanadas de la autoridad eclesiástica competente para la región donde moran. Eucaristía 1Cor 11,26; LG 3; 7; 11; 26; 28; SC 6; 11; 14; 17; 19; 21; 26ss.; 30; 41; 48; 57; CD 15; GS 38; PC 6; PO 6; 7; 13; Vita cons. 95; UT 15; CIC 897; CtaO 29; Adm 1,16- 22; II CPO 37; 39. 48 1. Participemos plena, consciente y activa- mente en la Eucaristía, fuente de la vida eclesial y raíz, eje y corazón de nuestra vida fraterna. Cele- bramos, sin reservarnos nada de nosotros, el miste- rio pascual de Jesucristo hasta que él venga, a fin de que nos reciba enteramente aquél que enteramente se entrega a nosotros. 1Cor 10,26; CIC 608; 663,2; 897; 899,1; 934,1; 936; CtaO 30-31; 2C 201; LM 9,2; II CPO 37. 2. Para poner mejor de manifiesto que, en la fracción del pan eucarístico, somos elevados a la comunión con Cristo y entre nosotros, y para ma- nifestar la unidad del sacrificio, del sacerdocio y de la fraternidad, celébrese todos los días en nuestras casas la misa de la fraternidad. Donde las circuns- tancias lo impidan, celébrese con frecuencia y par- ticipen todos los hermanos.

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