BCCAP000000000000021ELEC

89 6. La oración franciscana es afectiva, es de- cir, oración del corazón, que nos conduce a la ín- tima experiencia de Dios. Cuando contemplamos a Dios, sumo bien y todo bien, de quien procede todo bien, deben brotar de nuestros corazones la adoración, la acción de gracias, la admiración y la alabanza. 1R 17,17-19; 23; AlD 3; ParPN 2; AlHor 11; CtaO 9; 2CtaF 62; Cánt 1-14; LP 100; II CPO 17ss. 7. Viendo a Cristo en todas las criaturas, vaya- mos por el mundo anunciando la paz y la peniten- cia, invitando a todos a la alabanza de Dios, como testigos de su amor. II CPO 16; 18; V CPO 28; 64; 82ss. 47 1. Consagrados al servicio de Dios por el bau- tismo y a Él más íntimamente unidos por la pro- fesión religiosa, tengamos en especial estima la sagrada liturgia, que es el ejercicio del ministerio sacerdotal de Cristo, cumbre de toda la actividad de la Iglesia y fuente de la vida cristiana. Nutra- mos con ella la vida espiritual personal y fraterna, y abramos a los fieles todos sus tesoros. Oración litúrgica LG 10; PC 6; 15; SC 2; 7; 10; 12; 19; 22; PO 5; 14; OT 16; CD 35,4; Eccl. San. I, 22ss.; CIC 204,1; 573,1; 590,1; 654; 783; 834,1; 849; 897; II CPO 36ss. Cf. OG 3/1 2. Tengamos, por consiguiente, en singular aprecio el misterio de la Eucaristía y el Oficio divi- no, que san Francisco quiso que informaran toda la vida de la fraternidad. PC 6; 1C 45; 2C 96. 3. Participemos en la sagrada liturgia con de- voción y con un comportamiento exterior digno. SC 99; Rito Prof. 75; VII CPO 17. 4. Cultivemos diligentemente la fidelidad a las normas litúrgicas, armonizándolas, de acuerdo a su genuino espíritu, con la creatividad, la espontanei- dad y las culturas locales. Const. 1982; II CPO 38.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz