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76 Escritura, de la teología espiritual, de la liturgia, de la historia y espiritualidad de la Orden. Ejercítense en diversas formas de apostolado y de trabajo incluido el doméstico. El proceso de iniciación, pues, se lleve a cabo siempre teniendo en cuenta la vida y la conti- nua maduración de la persona. Artículo V Profesión de nuestra vida La gracia de la profesión LG 43-46; PC 1,5-6; 12; Ef 1,6.12.14; Vita cons. I, 17-22. 33 1. Meditemos con frecuencia cuán grande es la gracia de la profesión religiosa. En efecto, por medio de ella abrazamos una vida entregada a la alabanza de la gloria de la Santísima Trinidad, que nos estimula a la perfección de la caridad y, consa- grados de una manera estable y más íntima al servi- cio divino, lo adoramos en espíritu y en verdad. Ef 5,3; Ap 19,7; 21,2.9-11; CIC 573,1ss.; 574,2; 598,2; 607,1; 662; Red. donum 2; 8; Vita cons. 93; LG 7ss. 2. En la consagración religiosa el Espíritu Santo nos une con una peculiar alianza a Cristo, nos hace partícipes de la realidad del misterio de Cristo unido con vínculo indisoluble a su esposa la Iglesia, nos coloca en un estado de vida que prea- nuncia la futura resurrección y la gloria del Reino celestial. 3. Para obtener mediante esta consagración un fruto más abundante de la gracia bautismal, nos obligamos a vivir los consejos evangélicos según la Regla y las Constituciones. LG 46. 4. De este modo buscamos vernos libres de los impedimentos que pueden apartar de la caridad perfecta, de la libertad de espíritu y de la perfec- ción del culto divino.

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