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69 25 1. La Orden debe disponer de los medios for- mativos adecuados a las exigencias particulares del propio carisma. 2. Debiéndose prestar una atención especial a los candidatos durante el período de la formación inicial, provéanse estructuras educativas adecuadas para cada circunscripción o por grupos de circuns- cripciones. 3. El proceso educativo requiere, sobre todo, de un grupo de hermanos responsables que traba- jen con criterios coherentes a lo largo de toda la formación. Instrumentos formativos OT 4ss.; Eccl San. II,36; IV CPO 57; 77; 81; 83. Cf. OG 2/3 OT 1; CIC 659,1-3; IV CPO 2; 12; 23; 27; 30; 32; 40; 42; 54; 75; 83. Cf . OG 2/3; 2/4; 2/5; 2/8 4. Por lo tanto, los ministros provean con sumo cuidado a la formación cualificada de un nú- mero suficiente de formadores, que asuman y des- empeñen su ministerio específico en nombre de la Orden. Por eso, este equipo contará con la ayuda conveniente de toda la fraternidad. 5. Los formadores deben ser conscientes de que la tarea encomendada es de máxima importan- cia para la vida de la Orden y de la Iglesia, y deben dedicarse con generosidad, posponiendo toda otra actividad. 6. Los secretariados para la formación son de gran importancia tanto a nivel general como de cada circunscripción, como también en las Confe- rencias y áreas de colaboración. Debe procurarse, por lo tanto, cuidarlos y hacerlos eficientes. Vita cons. 66.

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