BCCAP000000000000021ELEC

66 Artículo III La formación en general Finalidad de la formación Vita cons. 65; 14; 16; 19; Mt 10,37. 23 1. La formación a la vida consagrada es un iti- nerario de discipulado guiado por el Espíritu Santo que conduce a asimilar progresivamente los senti- mientos de Jesús, Hijo del Padre, y a configurarse con su forma de vida obediente, pobre y casta. Vita cons. 109; 65; CIC 279,1-3; 661; 795. 2. Dado que la formación tiende a la transfor- mación en Cristo de toda la persona, debe prolongar- se a lo largo de toda la vida, tanto en lo que se refiere a los valores humanos como a la vida evangélica y consagrada. Por lo tanto, la formación abarca a toda la persona, en todos los aspectos de su individuali- dad, tanto en las actitudes como en las intenciones, y comprenderá la dimensión humana, cultural, espiri- tual, pastoral y profesional, procurando favorecer la integración armónica de los distintos aspectos. OT 8ss.; PC 18; Eccl. San. II,33-38; IV CPO 1,3ss.; 13ss.; 23-30; 31ss.; 35; 57,1; 70ss. 3. La formación tiende a que la vida de los hermanos y de las fraternidades sea cada día más conforme a Cristo según el espíritu franciscano ca- puchino, teniendo en cuenta la diversidad de luga- res y tiempos. 4. En nuestra Orden la formación se realiza en dos fases: inicial y permanente. La formación inicial incluye la iniciación a la consagración según nuestra forma de vida, hasta la profesión perpetua así como la preparación al trabajo y al ministerio, que puede comenzar durante la iniciación. La for- mación permanente sigue a la formación inicial y se prolonga durante toda la vida.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz