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65 22 1. La naturaleza y fin de los tres consejos evan- gélicos, que en la profesión prometemos con voto, es unirnos a Cristo con un corazón liberado por la gracia, en una vida obediente, sin nada propio y casta por el Reino de los cielos, según el ejemplo de san Francisco. Naturaleza y fin de los consejos evangélicos LG 44; 46; CIC 573,1; 2R 1,1. 2. El consejo evangélico de la obediencia, pro- metido con espíritu de fe y de amor para seguir a Cristo obediente hasta la muerte, obliga a someter por Dios la voluntad a los legítimos superiores «en todo aquello que no es contrario a la conciencia y a la Regla » , cuando mandan según nuestras Consti- tuciones. Flp 2,8; PC 14; CIC 601; 2R 10,3. 3. El consejo evangélico de la pobreza a imi- tación de Cristo, quien siendo rico se hizo pobre, comporta, además de una vida pobre de hecho y de espíritu, la dependencia de los superiores y la limitación en el uso y disposición de los bienes e incluso la renuncia voluntaria a la capacidad de ad- quirir y poseer; renuncia que hay que hacer antes de la profesión perpetua en forma, a ser posible, válida ante el derecho civil. 2Cor 8,9; PC 13; CIC 600; 668,4ss. 4. El consejo evangélico de la castidad por el Reino de los cielos, que es signo del mundo futuro y fuente de una mayor fecundidad en un corazón indiviso, implica la obligación de la continencia perfecta en celibato. Mt 19,12; 1Cor 7,32-35; PC 12; CIC 277,1; 599.

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