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62 Cf. OG 2/2 e) que tengan una adecuada madurez huma- na, particularmente afectiva y relacional, así como una voluntad decidida. Además resulte veraz que quieren ingresar en la Or- den sólo para servir sinceramente a Dios y a la salvación de los hombres, siguiendo la Regla, el estilo de vida de san Francisco y nuestras Constituciones; f ) que estén instruidos según las exigencias de su propia región y se abrigue la esperan- za de que podrán desempeñar con fruto su propio oficio; g ) en particular, si se trata de candidatos de edad madura y de quienes hayan tenido ya alguna experiencia de vida religiosa, obtén- ganse todos los informes útiles acerca de su vida anterior; h) si se trata de recibir a clérigos seculares o a aquellos que hubieran sido admitidos en otro instituto de vida consagrada, o en al- guna sociedad de vida apostólica o en un seminario, o de la readmisión de algún can- didato, obsérvese lo dispuesto en el derecho universal. Renuncia de los bienes Mt 12,21; Mc 10,21; Lc 18,22; 1R 1,2; 2,4; 2R 2,4; Mt 19,21; Const. 1536, 1552, 1909. 19 1. Cristo, nuestro sapientísimo maestro, res- pondiendo al joven que le había manifestado su de- seo de alcanzar la vida eterna, le dijo que, si quería ser perfecto, vendiera antes todos sus bienes, los repartiera a los pobres y luego lo siguiese. 2. Francisco, imitador de Cristo, no sólo cum- plió en su vida el consejo del Maestro, sino que también lo enseñó a cuantos recibía y lo puso en la Regla como norma a observar. 2R 2,4; Adm 4,3; 1C 24; 2C 80; LM 3,3; TC 28-29; 39; Flor 2.
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