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388 tadas cada trienio por el ministro provincial, 10/1,3; el visitador de- legado envíe una relación comple- ta al respectivo ministro, 10/2,1; los hermanos acojan con espíritu de obediencia las indicaciones da- das después de la, 10/2.2; los mi- nistros tienen el deber de hacer la visita pastoral y de garantizar que a las fraternidades de la OFS se pre- sente continua y esmerada asisten- cia espiritual y pastoral, 102,4. Visitador , su nombramiento es responsabilidad del ministro ge- neral, 126,2; entablen un sincero diálogo con los hermanos, 164,3; procedan con absoluta compren- sión y prudencia, adaptándose a los tiempos y a las situaciones de las diversas regiones, 164,4; envíe una relación completa al respectivo ministro, 10/2,1; los guardianes y ministros den cuenta al propio su- perior inmediato de lo llevado a la práctica, 10/2,3. Vivienda v. Casa Vocación ( cf . Fraternidad, Vida fra- terna) – Atención a la pastoral vocacional : es muy útil para el fomento de las vocaciones ofrecer a los jóvenes la oportunidad de cierta participa- ción de nuestra vida fraterna, 2/1,1; para cultivar bien y preparar más adecuadamente las vocaciones a la vida religiosa los ministros provin- ciales, 2/1,2. – Nuestra vocación : en la fraterni- dad y en la minoridad reconoce- mos los rasgos esenciales del ca- risma que el Espíritu nos ha dado; de ellas adquiere también su pro- pia forma la intrínseca dimensión contemplativa y apostólica de, 4,2; ella expresa la íntima naturaleza de la vocación cristiana y forma parte de la vida de la Iglesia, 10,2; con- gregados por el Espíritu Santo en una misma, 13,3; agradezcamos con alegría la gracia especial de la, 16,3; al responder a nuestra voca- ción de hermanos menores capu- chinos, 16,4; vivir como hermanos menores el uno para el otro es ele- mento primordial de la, 24,7; todo hermano, dado por Dios a la fra- ternidad, es motivo de alegría y al mismo tiempo estímulo para reno- varnos en el espíritu de, 28,1; con el trabajo, los hermanos se reafir- man mutuamente en la, 37,4; ca- da hermano procure con serie- dad caminar dignamente según la vocación franciscano-capuchina, 44,1; esforcémonos todos en con- servar el don de la, 44,2; cuidémo- nos también, hermanos, de caer en la apostasía del corazón, 44,3; nuestra oración sea la expresión característica de, 46,1; a causa de la misma vocación, todos los her- manos son iguales, 90,1; conside- ramos como nuestro deber especí- fico fomentar el bien de la Iglesia

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