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387 primado de la, 37,6; cotidiana fa- vorece mucho la formación perma- nente, 43,4; participemos plena, consciente y activamente en la Eu- caristía, fuente de la vida eclesial y raíz, eje y corazón de nuestra, 48,1; las casas sean adecuadamente pro- porcionadas a las necesidades rea- les y a los ministerios de la frater- nidad, favoreciendo la oración, el trabajo y la, 73,3; favorezcamos la participación activa de todos los hermanos, 75,3; la excesiva ociosi- dad obstaculiza la, 80,2; procuren los ministros y guardianes atender a la aptitud y pericia de los herma- nos al distribuir los oficios y cargos a condición de que se salvaguar- de la, 82,4; recuerden que contri- buyen a la salvación del pueblo de Dios, a la evangelización del mun- do y a fortalecer la, 93,3; los mi- nistros y guardianes promuevan constantemente la, 94,2; se regu- le con prudencia y discreción el in- greso de personas extrañas a nues- tras casas o habitaciones, para fa- vorecer el ambiente propicio para la oración, el estudio y la intimidad de la, 95,1; ofrezcamos por nuestra salvación y por la de los demás la pobreza, la humildad, las molestias de la vida, el fiel cumplimiento del trabajo cotidiano, la disponibilidad para el servicio de Dios y del próji- mo y el compromiso de cultivar la, 110,5; compete al Capítulo local vigorizar el espíritu fraterno, pro- mover la conciencia de todos los hermanos en función del bien co- mún, dialogar sobre todo lo relati- vo a la, 141,2; los ministros y guar- dianes precedan a los hermanos en nuestra, 187,2; la finalidad de la delegación es asegurar la, 8/25,1. Vigilancia , esforcémonos todos en conservar el don de la vocación re- ligiosa y de la perseverancia, 44,2. Vigilia , se recomiendan las de san Francisco y de la Inmaculada Con- cepción, 112,5. Virtud , Cristo, que es luz y espe- ranza de las gentes, fin de la ley, salvación de Dios, Padre del siglo venidero, Verbo y virtud que todo lo sustenta, 189,1; el empeño por crecer en la virtud de la templanza, 172,2. Visita ( cf . Superior, Superior ma- yor), prescrita por la Regla y el derecho universal, 164,1; los mi- nistros o los hermanos delegados entablen un sincero diálogo con los hermanos, acerca de todos los asuntos espirituales y temporales relativos a la salvaguarda y al cre- cimiento de la vida de los herma- nos; 164,1; no omitan la visita de las casas, 164,1; se reservan al mi- nistro general la confirmación de los ministros provinciales, el nom- bramiento de los visitadores gene- rales, 126,2; las custodias, aparte de la visita del custodio, sean visi-