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385 mos nuestra vida y nuestra acción en el ejercicio del amor a Dios y a los hombres, 157,1. – Nuestra vida, vocación y formación : se favorece la libertad evangélica a la hora de actuar, sobre todo en lo que se refiere a la renovación, al vi- gor y a la fecundidad de, 7,5; acep- tamos el Testamento como la pri- mera exposición espiritual de la Regla y óptima inspiración de, 8,4; la finalidad de las Constituciones es ayudar a una mejor y más perfec- ta observancia de la Regla, en las circunstancias cambiantes de, 9,1; toda nuestra vida de oración se ve- rá impregnada del espíritu apostó- lico, 15,6; la preocupación por las vocaciones a, 17,1; es muy útil para el fomento de las vocaciones ofre- cer a los jóvenes la oportunidad de cierta participación de, 2/1; aque- llos que quisieren abrazar nuestra vida deben ser diligentemente exa- minados, 18,2; los ministros pro- vinciales indaguen cuidadosamen- te si los que piden ser admitidos a nuestra vida cumplen los requisi- tos, 18,3; los candidatos sean por su carácter idóneos para la convi- vencia fraterna de, 18,3a; en la ad- misión al noviciado y en la emisión de la profesión de, 21,3; los can- didatos a la Orden deben transcu- rrir todas las etapas de la iniciación en fraternidades idóneas para lle- var nuestra vida y cuidar de su for- mación, 27,1; a toda la fraternidad incumbe la tarea de la iniciación a, 28,2; el Postulantado es el primer período de la iniciación en el cual se hace la opción de seguir, 30,1; el postulante conoce nuestra vida y realiza un ulterior y más cuidado- so discernimiento de su vocación, 30,2; la duración del postulanta- do, de un año por lo menos, y otros modos posibles de vivir este primer período de iniciación a nuestra vi- da las puede determinar el respec- tivo ministro con el consentimien- to de su consejo, 2/11; el proceso de iniciación durante el noviciado se fundamenta en los valores de, 31,3; el ritmo del noviciado de- be responder a los aspectos prima- rios de, 31,4; el ministro provincial y todos aquellos de quienes se tra- ta en el número 20, pueden despe- dir al postulante o al novicio que no consideren apto para, 36,1; los estudios sean del todo conformes con la índole de, 38,4; la forma- ción para cualquier tipo de trabajo es parte integrante de, 38,5; man- tengámonos, pues, fieles a cuanto hemos prometido cumpliendo en nuestra vida lo que el Señor quie- re y queriendo lo que a Él le agra- da, 46,4; participemos plena, cons- ciente y activamente en la Eucaris- tía, fuente de la vida eclesial y raíz, eje y corazón de, 48,1; nuestra vi- da de consagración nace y se edi-

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