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373 de culturas se busquen con diligen- cia los modos más aptos, incluso pluriformes, para la vida y el apos- tolado de los hermanos, 7,4; la for- mación tiende a que la vida de los hermanos y de las fraternidades sea cada día más conforme a Cristo según el espíritu franciscano capu- chino, teniendo en cuenta la diver- sidad de, 23,3; durante el tiempo de la iniciación sea verdaderamen- te sólida, completa y acomodada a las necesidades de los, 26,3; ex- presemos en la actividad apostó- lica las características propias de nuestro carisma en las formas más adecuadas a las condiciones de los, 147,1; tómense las iniciativas más oportunas, como, por ejemplo, el estudio de los documentos de la Iglesia y de la Orden, de las car- tas circulares de los ministros, o encuentros sobre temas religiosos y franciscanos, 161,4; los Capítu- los establezcan igualmente en cada circunscripción las normas opor- tunas relacionadas con las formas comunitarias de penitencia, 7/2,2. Trabajadores v. Operarios Trabajo ( cf . Apostolado, Forma- ción, Misión, Pobreza, etc.) – Cristo, Francisco, Trabajo : Dios Padre, que todo lo ha hecho con sabiduría y amor, llama a todos a participar en la obra de la creación mediante el,78,1; Jesucristo, Ver- bo hecho carne, asumiendo la con- dición humana experimentó tam- bién la fatiga del, 78,2; el Espíritu, creador y santificador, anima a la Iglesia a anunciar el Evangelio del trabajo, 78,3; Francisco, siguiendo a Jesucristo, trabajó con las pro- pias manos. Declaró su propia vo- luntad de trabajar, considerando de modo singular el trabajo como una gracia que se ha de acoger y vivir con gratitud, 78,4; como san Francisco, consideremos atenta- mente la advertencia del apóstol: «quien no quiera trabajar que no coma», 80,3. – Trabajo en el tiempo de la forma- ción : la formación inicial incluye la iniciación a la consagración se- gún nuestra forma de vida, hasta la profesión perpetua así como la preparación al, 23,4; aplíquense los medios propios de una educa- ción activa, ante todo la práctica de, 26,3; desde el momento de la admisión, el candidato, en cuanto a la formación, a la vida y al, 29,2; la formación de los postulantes está encaminada a la primera experien- cia de trabajo apostólico, 30,3; el ritmo del noviciado debe respon- der a los aspectos primarios de nuestra vida religiosa, sobre todo mediante una particular experien- cia de fe, de oración contemplati- va, de vida fraterna, de contacto con los pobres y de, 31,4; ejercí- tense en diversas formas de apos-

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