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371 rante el tiempo de la iniciación, la formación de los candidatos, que combina armónicamente el ele- mento humano y el espiritual, sea verdaderamente sólida, 26,2; du- rante el tiempo de la iniciación, adquieran un sólido conocimiento y experiencia del espíritu francis- cano capuchino, 26,5; el superior mayor puede permitir que el gru- po de los novicios habite, durante determinados períodos de tiempo, en otra casa de la Orden designa- da por él mismo, 27,4; de la inicia- ción empieza el día en que el can- didato ingresa al Postulantado, y se prolonga hasta la profesión per- petua, 29,2; al inicio del novicia- do se celebre un rito con el cual se pide la ayuda de Dios para alcan- zar las finalidades propias de este, 31,2; ya que en nuestra vocación la vida evangélica fraterna ocupa el primer lugar, désele también prio- ridad durante el tiempo del post- noviciado, 32,3; terminado el no- viciado y comprobada la idoneidad del novicio, se emite, por el tiem- po que determinará el ministro provincial juntamente con el novi- cio, 34,1; si quedare alguna duda sobre la idoneidad del novicio, el ministro provincial puede prorro- gar el tiempo de prueba, 34,1; de la profesión temporal no debe ser, de suyo, inferior a un trienio ni su- perior a un sexenio, 34,2; durante el cual un hermano permanece li- gado por votos temporales no sea superior a nueve años, 34,2; si el hermano es considerado idóneo y lo pide espontáneamente, emite la profesión perpetua en el tiem- po que señale el ministro provin- cial, 34,3; cumplido el tiempo por el cual fue emitida la profesión, el hermano puede abandonar la Or- den, 34,4; en la formación, desde el tiempo de la iniciación, se preste debida atención para que los her- manos adquieran una recta com- prensión del espíritu, de los princi- pios y de la práctica de la economía fraterna, 75,5; los ministros y guar- dianes concedan la oportunidad de especializarse y proporcionen gus- tosos los medios y el, 82,3; de pro- bación, para un religioso que pasa a nuestra Orden de otro instituto es de un trienio, 2/2. – Importancia y uso del tiempo : cons- cientes del don precioso del tiem- po vivamos intensa y responsable- mente cada día de la vida, 87,2; reúnase a diario toda la fraternidad para la Liturgia de las Horas, a tra- vés de la cual el Misterio de Cristo penetra y transfigura el, 49,3; para aprovechar el don del tiempo favo- rable sin malgastarlo, examinemos con frecuencia si nuestras obras y actividades responden, 87,3; dedi- quen con gusto tiempo a los herma- nos, conjuguen los compromisos y