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370 defendida y promovida, 149,4; op- temos de ordinario por las parro- quias en que podamos dar más fá- cilmente, 154,3; trabajemos en ellos siguiendo las indicaciones de la Iglesia y dando testimonio de los valores fundamentales de nuestra vida, 154,4; tengan por cierto que la oblación de la propia voluntad contribuye mucho a la perfección personal y viene a ser para los de- más un, 165,4; pongamos en Dios, sumamente amado, toda nuestra esperanza si alguna vez padecemos estrecheces, persecuciones y tribu- laciones por dar, 168,4; además del compromiso misionero ordinario desarrollado en comunidades cris- tianas capaces de irradiar el testi- monio evangélico en la sociedad, 176,2; los hermanos misioneros den, 177,1; en diálogo con otras iglesias cristianas y con las diver- sas religiones busquen con respeto los signos de la presencia de Dios y las semillas del Verbo en las diver- sas culturas, discerniendo sus valo- res auténticos, aceptándolos para una comprensión más profunda del misterio mismo de Dios y contri- buyendo en su perfeccionamiento con el testimonio del propio caris- ma, 177,7; ofrezcamos un silencio- so testimonio de fraternidad y mi- noridad, 181,2; no nos cansemos de dar testimonio de Cristo en to- das partes, 182,3. Tiempo , alternando con sabidu- ría el tiempo entre el compromi- so apostólico y la contemplación, 15,3; en él el Señor viene a nuestro encuentro y nos hace crecer hacia la plenitud de la salvación, 87,4; el apóstol san Pablo advierte: «Mien- tras tenemos tiempo hagamos el bien a todos», 87,1. – Tiempo y apostolado : en la Iglesia todos los bautizados, y particular- mente los religiosos, están llamados a la gracia de evangelizar, 175,1; sintámonos obligados a remediar con nuestro trabajo las necesidades de los pobres y, en tiempo de ca- lamidad pública, ofrezcamos a to- dos los servicios y bienes de la fra- ternidad, 108,2; Francisco renovó en su tiempo el espíritu misione- ro, 175,3; sigamos el mismo cami- no de san Francisco, yendo al en- cuentro de aquellos que, en nuestro tiempo, están marginados y priva- dos de todo recurso, 110,6; pueden ser admitidos seglares, con el con- sentimiento del Capítulo local, que deseen compartir por breve tiempo nuestra vida, 6/3. – Tiempo y formación : procuren los ministros dar a conocer y explicar a los candidatos las palabras del santo Evangelio para que a su de- bido tiempo renuncien a sus bie- nes, 19,3; todo hermano es al mis- mo tiempo y durante toda la vida formando y formador, 24,6; du-

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