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333 ceras partes de los vocales, tanto aprobar las normas de las Orde- naciones de los Capítulos genera- les, como completarlas, cambiarlas, derogarlas o abrogarlas, 12/1; es- tablecen los criterios para tener la voz activa de los capítulos, 130,1; establecen el número de los conse- jeros generales, 125,5; establecen la frecuencia de los Capítulos ge- nerales, 129,2; establecen normas para los hermanos enviados a otras circunscripciones, 121,6. Órdenes sagradas , requiere el consentimiento del ministro pro- vincial y de su consejo, 39,4; el consentimiento sea dado a aque- llos aspirantes que, además de po- seer la adecuada madurez humana y espiritual, hayan completado ín- tegra y provechosamente los estu- dios filosóficos y teológicos previs- tos por la Iglesia, 2/18; según las normas de la Iglesia, 3,4; oficios que requieren el, 90,3. Ordinario , da normas para el tra- bajo en casa de otros, 84,1; puede presentar un profeso perpetuo al ministro general para admitirlo al diaconado permanente, 2/19; con- cede las facultades para confesar, 115,1-3. Ordinario del lugar v. Obispo Ornamento , provisión y decoro de los, 74,2. Oyentes , los hermanos de la pro- vincia que no son capitulares pue- den participar como oyentes, a no ser que el reglamento del Capítulo establezca otra cosa, 8/17,2. Papa , obediencia y reverencia, 11,2; rezar por él, 51,1; maestro supremo de la Iglesia universal, 183,4; suprema autoridad en la Orden, 122,1; prestemos religioso obsequio de la voluntad y del en- tendimiento al Romano Pontífice, 183,4; tiene el derecho a disponer del servicio de la Orden, 148,2; a su muerte se celebre una misa de difuntos en cada fraternidad, 3/2,2. Pablo, S. , consideremos atenta- mente la advertencia del após- tol: «quien no quiera trabajar que no coma», 80,3; su advertencia: «Mientras tenemos tiempo haga- mos el bien a todos», 87,1. Padre (Dios) – Padre, Cristo, san Francisco: reve- la a los pequeños los secretos del Reino, 24,3; liturgia es la oración del Hijo al, 49,1; nuestra oración, a ejemplo de Cristo, es oblación de sí mismo al, 50,1; entregarse a la oración mental o contemplación y en adorar al eterno, 54,2; Francis- co se entregó totalmente en manos del, 77,1; Cristo, constituido por el Padre juez, legislador y salvación de los hombres, 18,2. –El Padre en nuestra vida: fundamen- to de la fraternidad, 13,1; de la fra- ternidad universal y de las creatu- ras, 13,2; llamados a entregarnos

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