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286 discípulos de Cristo, si bien pobres y débiles, 55,5; a la compasión ha- cia los pobres y débiles, 60,6; pro- movamos las tradicionales obras apostólicas de los, 149,2; asu- mamos gustosos la asistencia es- piritual, y aún corporal, de los, 153,1. Erección , de la casa del novicia- do corresponden al ministro ge- neral, 27,3; fraternidades locales o casas que debe ser determinado en el decreto de, 118,3; compete al ministro general decidir sobre la erección de las circunscripcio- nes, 119,1; decidida la erección de una nueva circunscripción, el mi- nistro general… el primer Capítu- lo ha de celebrarse dentro del año de la, 119,2; tanto para el nombra- miento de los asistentes como para la erección de la fraternidad, 6/10; ténganse en cuenta las situaciones locales, para la erección, la supre- sión y la unificación de las provin- cias, 8/1. Eremitorio , recuerden lo que es- cribe san Francisco para los que quieren conducir la vida religiosa en los, 57,2. Escritos , leamos asiduamente la vida y los escritos de san Francis- co, 6,2; procuremos dar a conocer la belleza de Dios con la palabra, los, 156,1; cuando se trate de es- critos sobre cuestiones de religión o de costumbres, 156,6. Escrituras (Sagrada Escritura) , sean introducidos en un estudio más profundo de la, 32,3; orando con palabras suyas tomadas de la, 53,1; la lectura orante de la, 53,3; lectura en común de la, 53,5; ad- hiriéndonos fielmente a las, 150,3; la meditación y el estudio diligen- te de la, 150,5; transmitida en la Escritura y en la Tradición, 183,1. Escrutinio v. Votación Esperanza , se abrigue la esperan- za de que podrán desempeñar con fruto su propio oficio, 18,3f; la buena noticia de la, 50,2; las ale- grías y las esperanzas, los dolores y las angustias de todos los hom- bres, 50,5; la fe en Cristo resuci- tado sostiene nuestra, 51,2; los in- ducen al progreso social y cultural y a la esperanza en los bienes eter- nos, 63,2; vayamos por el mun- do con tal, 108,1; seremos tes- tigos de la esperanza en el Señor Dios, 108,5; pongamos en Dios, sumamente amado, toda nuestra, 168,4; demos razón de nuestra es- peranza de la vida eterna que po- seemos, 182,3; Cristo, que es luz y esperanza de las gentes, finalmen- te, esperanza nuestra, 189,1. Especialización , concédanles la o- portunidad de especializarse, 82,3; no los aparten con facilidad de los trabajos en que estén, 82,4. Espíritu de oración ( cf . Oración, Oración mental), toda nuestra vida

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