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266 por los consejeros y ex conseje- ros generales, 3/2,2; relación eco- nómica, firmada por los, 4/12,2-3; son elegidos por tres años, 8/20; en la elección de los, 8/22. – Consejero de la Custodia : si está im- pedido el custodio, o está vacante su oficio, participe en el Capítu- lo general el primer, 124,5; impe- dido el custodio a participar, asis- ta al Capítulo provincial el primer o segundo 130,4; determinar el nú- mero, 136,2; variación del núme- ro, 136,2; el custodio y los conse- jeros son elegidos, 136,4; hace sus veces el primer… otorgue al, 136,9; vacante por cualquier causa el ofi- cio de, 136,10; puede nombrar el custodio y sus, 136,11; el custo- dio convoque a sus, 137,1; dura- ción tres años, 8/23; custodio ce- sante no tiene voz pasiva en la elec- ción, 8/24; – Consejero de la Delegación : asistido por dos, 8/25,4; el delegado junta- mente con sus dos consejeros son nombrados, 8/25,5. – Consejeros generales : tienen voz activa, 124,4; en la elección de, 125,4; elíjase a, 125,5; su tarea es la de ayudar al ministro general en el gobierno, 125,7; residan en Roma, 125,8; no tienen voz pasiva, 125,9; haga las veces de ministro general el consejero más antiguo, que está delegado, 126,4; vacante el ofi- cio de un consejero general elíjase del grupo capitular al que pertene- cía dicho, 127,6; son miembros del CPO, 143,4; en cuanto a los sufra- gios por los, 3/2,2; se elijan nueve, 8/11; los consejeros generales elegi- dos de fuera del Capítulo, 8/12,2; la asamblea electiva está compues- ta por los, 8/14; participen por de- recho también los, 8/30; visite por medio de los, 10/1. Consejo (consulta, « oído el con- sejo » ) – Consejo (de Dios y en general) : se- gún el consejo que el mismo Fun- dador dio en su Testamento, 7,2; colaboremos con diligencia en la tarea de promover las vocaciones, 17,3; Francisco no sólo cumplió en su vida el consejo del Maestro sino que también lo enseñó, 19,2; la va- riedad de institutos religiosos que, por designio de Dios, ha surgido para el bien de la Iglesia, 101,1; habituémonos a leer los signos de los tiempos, en los que los ojos de la fe descubren el plan de Dios, 149,1; se ven en la imposibilidad de observar la Regla pueden recu- rrir al ministro pidiendo, 167,1; los hermanos actúen, con su traba- jo y consejo, en unión con los mi- sioneros seglares, 177,4; mediante la vocación Dios nos pide cada día nuestra participación para llevar a cabo su proyecto de salvación, 184,1.

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